Columna de opinión. Puede que en el Rayo Vallecano no haya expertos en coser bien los escudos de las camisetas. Puede que tampoco haya expertos (ni recursos) para tener un césped que no parezca un patatal. Pero lo que 2021 nos ha garantizado en sus apenas 48 horas es que el club de la Albufera sí cuenta con expertos en generar polémica innecesariamente. Eso y que la deriva ultraderechista del club es imparable. 

Desde hace tiempo, la propiedad del Rayo viene criticando a la parte de la afición más activa y reivindicativa. Esa que no quiso que Zozulya vistiera la franja y que cantó aquello de "Roman Zozulya, un puto nazi lololololo". Aquel día, en el que el Rayo y la Liga suspendieron por primera vez en la historia un partido por insultos a un futbolista, se escuchó mucho aquello de que no hay que mezclar deporte con política. 

Pero lo que en realidad quiso decir la Directiva rayista fue que vosotros no lo hicierais para que ellos sí pudieran hacerlo. Solo hay que hacer un simple repaso cronológico para darse cuenta de qué clase de política es la que al Rayo le interesa promocionar. 

¿Os acordáis de la fotografía del 8 de marzo con figuras del PP y Ciudadanos felices y sonrientes en el palco de Vallecas? ¿Os acordáis de José María Sardá hablando de "100.000 muertos y no 40.000 como dice el Gobierno" en plena presentación de las equipaciones Umbro? ¿Os acordáis de las banderas racistas y los gestos nazis de una afición visitante a la que no se criminalizó como a Bukaneros o a la Plataforma ADRV? Yo sí me acuerdo. Y también recuerdo las 10 o 15 veces que hemos solicitado entrevista con Raúl Martín Presa en PxR y a las que se ha negado. Me sorprendió que sí aceptara una entrevista con Origen España RadioYa. Supongo que ideológicamente eran más afines.

La guinda al pastel llega este 2 de enero de 2021 en un tuit para celebrar la recuperación de Cristóbal, el delegado del primer equipo masculino que estuvo en coma con Covid-19 según desveló el propio presidente. El mensaje, que debía ser pura felicidad, destila unos tintes xenófobos que han atraído a la ultraderecha más rancia, como se puede ver en los comentarios al tuit. Escribir "el tratamiento que todo compatriota merecía y merece" parece insinuar que el que no es compatriota ni lo merecía ni lo merece. Para evitar ese posible doble significado, la mejor palabra hubiera sido PERSONA. 

En el trasfondo se vislumbra que todo tiene que ver con la muerte del padre del presidente. Lo dije el primer día y lo repito hoy: cada uno lleva el luto como quiere y no voy a ser yo el que le diga a Presa si los crespones o las flores están bien, mal o regular (aunque a título personal me hubiera gustado que en el homenaje de fin de año no sólo se hubiera acordado de las víctimas del virus sino de todos los rayistas que fallecieron en 2020).

Pero cuando uno hace un simple repaso cronológico del último año y se da cuenta de la ultraderechización del Rayo Vallecano, lo que queda claro es que el citado tuit sobrepasa lo personal y es un claro mensaje institucional. Porque el Rayo Vallecano sí puede mezclar deporte y política. La ultraderechista.