El Rayo Vallecano sueña con el ascenso. Quizá un objetivo demasiado ambicioso después de lo mostrado y lo vivido a lo largo de este extraño campeonato 2020/2021. Y quizá una pretensión demasiado alejada de los anhelos de buena parte de su afición a la que la categoría le importa más bien poco. Los números han acompañado al conjunto franjirrojo hasta esta última jornada contra el Lugo en la que se juega el convertir su sueño en realidad.

Las cuentas están claras: dependen de sí mismos. Aunque visto lo visto a lo largo de la temporada no sabría decir si eso es bueno, malo o regular. No tendrá que mirar otros marcadores salvo que persista el empate y el Sporting se adelante en el Molinón.

Lugo y Sporting de Gijón, dos viejos conocidos de la afición franjirroja que traen recuerdos muy distintos de ascensos y descensos. Puede ser una manera de ajustar ciertas cuentas aunque la clasificación para el play-off no garantiza nada como sí garantizaba aquella permanencia que los de Vallecas se dejaron contra el Levante y en aquel Sporting - Villarreal de infausto recuerdo.

Pero el pasado ya ha pasado y lo que está por venir promete darnos material para escribir durante los próximos años. Eso será a eso de las 11 de la noche cuando el Rayo ya sepa si ha logrado o no parte de su objetivo. Para ello cuenta con casi todos sus futbolistas aunque lo más probable es que Iraola se la juegue con su 11 habitual de las tres últimas jornadas.

Enfrente, un Club Deportivo Lugo que parecía deshauciado y olía a descenso y que ha conseguido revivir gracias al enésimo cambio de entrenador. Rota su mala dinámica ahora solo queda comprobar si los Campabadal, Canella, Seoane, Barreiro, Herrera, Appiah y compañía son también capaces demostrar hambre sobre el césped de Vallecas para arrebatarle el sueño del ascenso a los franjirrojos.

Pulido Santana dirigirá el encuentro asistido por González Esteban desde la sala VAR. El Lugo nunca ha ganado en Vallecas y esta temporada los gallegos son uno de los peores equipos visitantes. Pero esto es lo bonito del fútbol: que nada se puede dar por sentado.