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OPINIÓN

La noche de los 'infiltrados' en el Bernabéu

Aunque no hubo grada visitante repleta de seguidores del Rayo, ayer el Rayo no caminó solo en el Bernabéu

Escrito por Domingo, 07 Noviembre 2021

    Opinión. "Con el misíl de Bebé al poste comprendí que, entre aquella marabunta de maniquis, había decenas de infiltrados".

    Catena aplaudiendo a la grada tras el partido de anoche en el BernabéuCatena aplaudiendo a la grada tras el partido de anoche en el BernabéuPasión por el Rayo

    Opinión. El Presidente del Rayo no me brindó la posibilidad de disfrutar con cientos de rayistas de la 'toma' del Bernábeu. No nos facilitó la opción de contar, como casi siempre, con la opción de un viaje organizado, aunque fuera Castellana abajo y rodeados de la Policía Nacional, como antaño. En esta ocasión no se escuchó el 'Minuto 24' en el Bernabéu, no gritamos 'A las armas' de manera organizada, ni pudimos cantar aquello de 'Ahora que hemos vuelto de infierno...'. No, ayer fue todo mucho más triste de lo habitual. Los de enfrente, los dueños de ese majestuoso lugar sin alma, quisieron apagarnos para siempre con su fútbol y sus goles, pero les salió 'rana'. ¡Porque nadie puede con Vallecas, j****!

    Muchos aficionados del Rayo acudimos al Bernabéu mezclados con todos aquellos que van al fútbol sin camiseta, sin bufanda, sin escudo. Casi de manera furtiva dejaba entrever mi bufanda del Rayo, la que siempre luzco con el orgullo y latir de un corazón repleto de emociones cuando juega mi Rayo. Había más como yo, pero era difícil identificarles. El primer 'loco' que entró con su bandera del Rayo y gritando cánticos rayistas hizo que me viniera arriba. Sólo una debacle podría cambiarme la cara, porque incluso en ese 'ambiente hostil' mi orgullo puede más que cualquier cosa.

    En la primera parte apenas percibí que en aquella grada con lonas, dentro de aquel recinto con grandes andamios y grúas, en aquel estadio futurista y frío, hubiera varias decenas de corazones que sufrieron y disfrutaron con el gol y la anulación del primer susto, con el suspense y el gol de Kroos y con la supuesta puntilla de Benzemá. En la primera parte apenas fui consciente de nada viendo cómo mi Rayo estaba a merced de un equipo infinitamente superior en casi todo. Si tuvieran nuestro corazón...

    Con el paso del partido fui descubriendo, como quien disfruta con los primeros brotes verdes de aquello que plantó con tanto cariño, que anoche no estaba solo en el Bernabéu. Con el run run de los de la Castellana y su silencio ante el crecimiento de mi Rayo, descubrí caras de ilusión y emoción. Con el misíl de Bebé al poste comprendí que, entre aquella marabunta de maniquís, había decenas de infiltrados que, como yo, empezaban a creer en el cambio. Con la entrada de Falcao y con su gol ya no había duda. El Bernabéu estaba 'tomado' por todos aquellos que unas horas antes habían sacado del cajón sus franjirrojas y, acompañados por sus descendientes o ascendientes, o con sus parejas o amigos, habían decidido que, aunque el Presidente del Rayo no nos lo pusiera fácil, el Rayo no iba a caminar solo.

    El gol de Falcao fue la constatación palpable del rugir de los corazones vallecanos intercalados entre los que, ya desencajados, empezaron a silbar a sus jugadores. '¡Hazard, a ver si corres un poco!', por poner el ejemplo más claro. Yo seguía a lo mío, disfrutando en la distancia con todos aquellos que gritaron y se levantaron a aplaudir el gol de Falcao. La conexión fue total. No voy a decir que el resultado me daba igual, aunque lo hubiera cantado con todas mis fuerzas, seguro. No voy a decir que no celebré que Oscar Valentín salvara aquel balón bajo palos como si hubiera marcado un gol. No voy a negar que me fastidió que aquel barullo final y aquel posible penalti no acabaran en el empate. Pero os tengo que decir una cosa, aunque le pese al Presidente del Rayo, estoy seguro que nunca podrá con nosotros.

    P.D. Gracias a Catena, a Fran García y algunos jugadores más que aplaudieron a la grada... no sé si me vieron, supongo que no, pero me quedo con ese aplauso y lo comparto con todos. Lo merecemos.

     

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