Opinión. Hay quien lo definiría como soñar despierto. Hoy podéis hacer ambas cosas, os lo habéis ganado con creces. Podéis soñar y podéis permanecer despiertos lo que os dé la gana y celebrarlo como os dé la gana. Porque Vallecas es ese barrio en el que los sueños se convierten en realidades, ese barrio en el que lo imposible se transforma en posible, lo inimaginable en algo al alcance de la mano. Llegó por aquí ese equipo que se está 'paseando' por la liga y salió trasquilado. Y salió con un meneo del que en el puente aéreo o en el AVE o como Dios quiera que vuelvan a Barcelona les costará recuperarse. Porque el Rayo fue ese equipo peleón, ese equipo luchador. El Rayo fue lo que en el rondo inicial les decía Oscar Valentín a sus compañeros: "Tenemos que ser pesados" y, joder, vaya si lo fueron.
Y vosotros también, muy pesados, y grandes, muy muy grandes. Vallecas volvió a vibrar. Lo hizo para ver a su Rayo salvarse y lo hizo para ver a su Rayo 'Matagigantes' zamparse de un bocado al Barsa de Xavi. No hubo excusas, no podía haberlas. Atrás quedan las cosas de la hierba, el sol y dimensiones. Hoy sólo hubo fútbol y ahí ganó el más grande, ahí ganó el Rayo. Quizá ya os hayáis ido a dormir y esto lo estéis saboreando a primera hora de la mañana. O quizá todavía alguno esté de vuelta a casa o sin poder pegar ojo repitiendo en su mente en bucle los cánticos de otra noche mágica en Vallecas. Este Rayo es increíble y vosotros lo sois más. No dejo de alucinar y eso que son muchos, no sé si demasiados ya, los años vividos con la franja y con este barrio que me vuelve loco.
A disfrutar.