Un banquillo extenso, una mentalidad fuerte, una buena preparación física pero, sobre todo, una enorme capacidad para 'cambiar el chip' en apenas dos días, es lo que necesitan equipos como el Sevilla que en apenas siete días afrontan tres encuentros que les pueden marcar el futuro. Su primer escollo, el del Valencia, se saldó con un decepcionante empate ante el Valencia, no tanto por el nivel del rival, sino más bien por las circunstancias de un partido en el que pudieron llevarse los tres puntos y en el que finalmente tan solo acumularon uno.

El jueves, los sevillistas deberán rendir visita al Maribor esloveno. Los andaluces son claros favoritos ante un rival de menor potencial, algo que no les debería hacer perder el rumbo porque Europa no perdona. El conjunto de Unai Emery viajará a Eslovenia para disputar dicho partido apenas dos días antes de desplazarse a Vallecas para enfrentarse a un Rayo Vallecano que espera a los sevillistas con el colmillo afilado. Los de Jémez, que volverán a contar con el excepcional apoyo de su hinchada (una nueva promoción del club a nivel de entradas para abonados podría facilitar la labor) confían en que el choque europeo pueda pasar factura a un rival que actualmente se encuentra a ocho puntos de Real Sociedad y Villarreal, pero igualado con Valencia, Espanyol y Levante, con tres de ventaja sobre el Celta de Luis Enrique, en su lucha por la séptima plaza, que este año también tendrá premio europeo al haberse clasificado para la final de Copa del Rey el Real Madrid y el F.C. Barcelona.

El Sevilla confía en aguantar el carrusel de partidos en una dura semana y viajará a Vallecas con la idea de aprovechar la inercia de la goleada recibida por le Rayo en el Camp Nou y con la esperanza de llevarse un botín que hasta la fecha no ha sido muy complicado de lograr.