La mala noticia de la victoria de anoche ante el Sporting de Gijón llegó en forma de lesión. Corría el minuto 25 de juego cuando, en un esfuerzo de los muchos que realizó uno de los últimos fichajes del Rayo, Pablo Hernández, el jugador franjirrojo sintió un pinchazo en la parte posterior del muslo de su pierna derecha.

El extremo vallecano, que hasta ese momento estaba siendo uno de los destacados del partido, rápidamente fue consciente de la gravedad de su lesión y no dudó en solicitar el cambio al banquillo. Paco Jémez afirmó en la rueda de prensa posterior que era "una pena" la lesión de un jugador "de un equipo grande" como Pablo, deseándole una pronta recuperación pero vaticinando que estarán "varias semanas" sin su participación. Las pruebas que se realicen al jugador en las próximas horas determinarán el alcance final de la lesión y el tiempo estimado de recuperación.