Opinión. Me parece lamentable y bochornoso el espectáculo que, una temporada más, está ofreciendo nuestro fútbol. Amaños, maletines, primas, apuestas... ¡qué asco de liga! Sinceramente, un apasionado de este deporte, seguidor desde décadas, involucrado en todas las categorías y loco por el fútbol, a día de hoy, está asqueado y abochornado, superado por las circunstancias y expectante ante tanta basura que lo corrompe todo. Evidentemente no voy a venir hoy aquí a pregonar la pureza de este deporte hace años, pero sí el asco que le tengo al fútbol moderno (como tantas veces he escuchado en mi estadio). Hoy quiero hablar del defensor de la pureza y de su tan 'discutible' forma de entender su negocio. El señor Tebas, el mismo que ha dirigido con mayor o menor éxito el destino de varios equipos defraudadores y tramposos que, por diversas circunstancias, tuvieron que aferrarse a la ley concursal para poder sobrevivir (entre ellos el propio Rayo), llegó decidido a que la liga española fuese blanca inmaculada, y no me refiero solo a su preferencia por el Real Madrid. Su intención fue que las entidades futbolísticas de máximo nivel limpiaran sus cuentas de deudas millonarias y que el fraude, la pillería y la trampa desaparecieran por completo. Lo primero dicen que va por buen camino, pese a los millones y millones de deuda que siguen sumando entre unos y otros, pero lo segundo... ¡qué asco de liga!

Estoy harto de oír hablar de maletines, esos que todos dicen saber que existen pero que nadie ha visto (evidentemente). Y estoy harto de la sombra, la duda, la sospecha y la constante criminalización que salpica siempre a unos cuantos. Yo no sé si este o aquel jugador del Rayo, del Granada o de la Real Sociedad recibieron una llamada, si se dejaron tentar, si cayeron en las redes de la mafia de nuestro fútbol y si se vendieron o se compraron para beneficio propio o ajeno. No tengo ni idea y por eso no voy a defender a nadie, porque cada cual tiene capacidad para hacerlo sin necesidad de que nadie más dé la cara por él. Ahora, tampoco estoy de acuerdo en que el "supuesto ataque" que está sufriendo la plantilla del Rayo, o algunos jugadores del Rayo, sea un ataque contra la honorabilidad del club y mucho menos un ataque contra su afición. ¡Estaría bueno! En cualquier caso, y salvo que la supuesta trampa fuera colectiva y a gran escala dentro del club, los únicos culpables serían los que, en su caso, estuvieran involucrados (ni uno más, ni uno menos). Si Amaya es denunciado por exceso de velocidad, es Amaya el que cumple la sanción ¿verdad?, pues si se investiga a uno, dos o cinco jugadores de un equipo... que cada palo aguante su vela.

Dicho esto, vayamos al fondo y a la razón de mi vuelta a escena. ¿Es más limpia la liga por decir que está investigando doscientos, trescientos o cinco mil partidos sin una sola prueba y sin ningún resultado o por hacerlo en tres, sin circo mediático, y desenmascarando al tramposo? Lo que está haciendo Tebas es decirle a todo el mundo que están persiguiendo a los malos, para terminar reconociendo que o no eran tan malos o son más listos que él. En cualquier caso, qué asco de fútbol negocio.

Y llegados a este punto, me pararé en dos actores principales en esto del fútbol: la prensa y la afición. Sinceramente no creo que la prensa, el mensajero, el transmisor de la realidad sea el principal culpable de esta situación. Evidentemente, no deja de ser un elemento interesado, pero no por ello es cuestión de generalizar y mucho menos de señalar como culpable. ¿Que quizá alguien ha exagerado rumores? Sí, seguro. ¿Que seguramente no se ha actuado con la prudencia que requieren ciertas situaciones? Está claro. Pero hasta ahí. Si luego Tebas utiliza un rumor o noticia sin contrastar y la eleva al nivel de verdad irrefutable y, para colmo, da pie a una investigación que, además, se basa en no sé qué criterio de una empresa privada que vela por sus intereses y que debería ser la primera interesada en denunciar prácticas abusivas o no sujetas a la ley, apaga y vámonos. Otro punto importante sería ver de dónde han surgido algunos de los rumores de los últimos días y entonces más de uno se sorprendería y entendería mucho menos la situación actual.

Frente a todo esto están los de siempre. Los que fueron a Donosti con la ilusión de disfrutar con su equipo de un día irrepetible, los que agotaron las entradas para el domingo y los que hoy, de nuevo, han sentido vergüenza por el espectáculo de esta mierda de liga. Los que pagan, los que sufren los horarios (y los cambios de horario), los que pasan frío y calor e incluso los que se gastan el dinero en un abono y en dar de comer a las televisiones para cuando su equipo juega lejos de su estadio. Tú y yo y nuestro vecino del quinto y el del primero, y ese otro que sabes que viajará a Milán... todos sufrimos las consecuencias. Estoy harto de este fútbol, estoy harto de escuchar que volveremos a ser la primera liga de Europa y del mundo y seguramente del universo y estoy harto de que nos sigan engañando y de que nos traten como a borregos. ¡Qué asco de liga!