¿Qué tienes en la cabeza y qué tienes en el corazón en estos momentos?

Son momentos de tristeza, también de orgullo, porque mis jugadores han dado todo lo que tienen. Llevamos diez meses trabajando y la sensación que tengo es que hemos dado todo lo que tenemos y con eso no nos ha llegado. Tremendamente orgulloso de una afición que ha demostrado la grandeza que tiene, en lugar de dejarse llevar por una situación lo que ha hecho ha sido estar con el equipo y demostrar que nunca debería estar en Segunda, siempre debería estar en Primera. Casi más triste personalmente que deportivamente y creo que eso es porque todos los que estamos aquí nos hemos involucrado. Profesionalmente nos duele, pero nos duele más personalmente, sobre todo a mí que llevo cuatro años y son muchos años, conociendo a todo el mundo y me duele por ellos. Cuando tienes la sensación de que te duele más en lo personal que en lo profesional es porque entiendes que llevas muchos años y las relaciones han ido más allá de lo estrictamente profesional. Mi sensación es de tristeza, igual que la de todos los rayistas, pero también de mucho orgullo, seguramente igual que todos los rayistas.

Si ahora mismo te ponen un contrato encima de la mesa para continuar en el Rayo, ¿lo firmarías?

No es solo un contrato. El presidente tiene mi palabra para contar conmigo siempre y cuando las cosas se hagan como yo quiero hacerlas. No es solo un contrato o una cantidad económica, sino que va mucho más lejos. Sería muy triste que solo fuera por una cantidad económica y eso no va a pasar indudablemente. Yo le abrí una puerta, por si el club quería que yo liderara el proyecto, ahora que se ha producido, de subir de Segunda a Primera, pero siempre y cuando en el plano deportivo las cosas se hagan con el rigor y la tranquilidad que este momento necesita. Es una cuestión de sentarnos a hablar y llegar a un acuerdo si se puede llegar. Esa puerta sigue abierta.

¿Qué porcentaje habría de que sigas en el Rayo?

Depende de muchas cosas y con que haya posibilidades yo creo que es para estar contentos. Lo que hice fue intentar que el club entendiera que yo no voy a salir corriendo, porque eso no va a pasar. Me he involucrado más en esto personalmente que profesionalmente y por eso quizá la cabeza me podría haber dicho que debía salir corriendo y sin embargo personalmente creo que puedo darle al club la posibilidad de seguir al frente. Depende de muchas cosas y que el club crea que yo soy la persona idónea para esto, si es así, habrá que sentarse y dejar muy claras muchas cosas, y entonces no tendré ningún problema en quedarme. No es una cuestión sencilla. Es un paso muy importante que hay que dar y hay que hacerlo con la sensación de que estoy haciendo lo correcto y que voy a llevar adelante una cosa que quiero llevar.

¿Cómo has visto a los jugadores después de esta semana tan convulsa que ha finalizado con el descenso?

Te puedes imaginar cómo está el vestuario. Un silencio absoluto y hacía mucho tiempo que no se vivía un silencio tan desgarrador como el que se ha visto hoy en el vestuario. Esas cosas se te quedan y te emocionan, porque entiendes que a la gente le duele lo que ha pasado hoy aquí, como no podía ser de otra forma. El hecho de ganar el partido y estar a punto de quedarnos en Primera, no sirve de ningún consuelo. El vestuario es un espejo de lo que siente cualquier rayista, mucha tristeza pero sin culparnos de nada. Nos tenemos que responsabilizar, sobre todo yo, porque soy el máximo responsable del equipo, y ellos tener la sensación de que han dado todo lo que tenían y hemos llegado hasta donde hemos llegado. La responsabilidad tiene que recaer en otras personas, en mí el primero, y ellos tienen que pasar este mal trago, que nadie quiere pasar y tranquilizarse. El resto de la gente que se tiene que poner a trabajar ya decidirá sobre el futuro.

¿Hasta qué punto crees que el descenso puede reforzar la moral de un equipo de cara al futuro?

Muchas veces dicen que dar un paso atrás es necesario para dar tres adelante. Si las cosas se hacen bien pueden servir para el futuro, pero si se hacen mal.... Ahora es momento de saber dónde estamos y de trabajar para salir de ahí. Necesitamos el trabajo de muchas personas y hacerlo bien. Hay infinidad de equipos que bajan de Primera a Segunda y se van a Segunda B o luchan por no descender y esa situación es la que yo entiendo que no debe sufrir el Rayo. Para eso vamos a trabajar los que sigamos aquí, para intentar que el Rayo solo pase un año en Segunda y vuelva a estar donde yo creo que se merece, que es en Primera.

La afición ha cantado y ha gritado que Vallecas es de Primera y lo han vuelto a demostrar una vez más.

No tengo ninguna duda. Pocas aficiones demuestran su grandeza de la manera que lo ha demostrado hoy la nuestra. El camino más sencillo es pitar, insultar, porque cuando no se consigue un objetivo parece que hay que insultar a la gente que ha estado trabajando. Ellos son grandes en eso y entienden que hemos hecho todo lo que hemos podido, ¿que nos hemos equivocado mucho?, por supuesto, pero no hay nadie en el vestuario que se haya dejado nada por el camino, lo han dejado todo. Ellos saben reconocer eso y saben reconocer que quieren a su club esté donde esté. Por eso Vallecas es distinta y por eso ellos van a seguir siendo muy importantes para este club. El hecho de alejarse del camino fácil de insultar o pitar, vuelve a dar una idea de lo que es ser una gran afición y estar con su equipo en todas las situaciones, sobre todo en las malas.

Para alguien como tú que se aleja del resultadismo y que defiende el fútbol que defiendes, ¿te parece el descenso del Rayo de lo más injusto que has visto?

No quiero caer en ese error. Los equipos que bajan o ganan ligas son los que han hecho los merecimientos para estar ahí. Creo que hemos hecho muy buenos partidos y conforme avanzaba la temporada lo hacíamos mejor, pero nos ha faltado reconducir todo eso para sacar mejores resultados, sobre todo en la primera vuelta, porque hacer quince puntos nos ha condicionado. Hemos hecho una segunda vuelta de veintitrés puntos y de haber hecho una primera vuelta parecida no habríamos sufrido, que es lo que nos ha pasado todos los años. Este año no hemos sabido reconducir eso para ganar más partidos. En eso no hemos tenido la certeza y el talento para, haciendo muchas cosas bien, ganar más partidos. Cada uno está donde está y ha sacado los puntos que ha sacado y eso tiene su peso para no hablar de justicia o injusticia.

Después de las acusaciones de esta semana, ¿se va el equipo a Segunda con la conciencia tranquila?

Muy tranquila y si no nos hubiéramos ido a Segunda División, también muy tranquila. Vuelvo a poner los dos brazos y las dos manos por todos mis jugadores, no tengo ninguna duda. Pueden investigar lo que quieran y si hay alguna prueba de algo, que hablaremos esta semana, yo seré el primer interesado en saber quién, cuándo, dónde y por qué. Tengo un equipo entero de grandes profesionales que podrán hacerlo mejor o peor, pero que jamás entrarían en una situación fraudulenta o moralmente reprochable, porque los conozco de hace mucho tiempo. Sería como admitir que mi hija me pudiera dar una puñalada por la espalda. ¿Que puede suceder? Pues sí, pero no lo creo.

¿Crees que puede haber desbandada en el equipo de cara al año que viene?

Eso dependerá de quién lidere el proyecto. Hay como catorce o quince jugadores con contrato, así que si el club no quiere y el responsable que lo lleve no quiere, desbandada no va a haber, porque hay gente con contrato y si se cree que puede tener sitio en el proyecto, se hará lo posible porque se quede. Es un trabajo de sentarse y verlo con tranquilidad y decidir bien. No es el típico equipo que baja a Segunda y todos los jugadores se van porque tienen contratos espectaculares y no se pueden mantener. Aquí todos tienen como mínimo una rebaja del cincuenta por ciento en sus salarios y el club puede permitirse el lujo de mantenerlos a todos en Segunda División.

¿Ha sido este el año más difícil para conseguir la permanencia?

Este año todo ha ido de culo, como se suele decir. Somos un equipo que al ir tan al límite necesitamos que el viento sople a favor y cuando sopla en contra desde el principio al final todo es mucho más complicado. Si lo hubiéramos logrado sería el año que más valor le hubiese dado, porque ha habido muy pocas cosas que han salido bien. Hemos tenido que luchar con muchas situaciones externas que nos han hecho mucho daño y llegar a la última jornada con posibilidades no es para tirar cohetes, pero yo sé lo que hemos pasado y las dificultades que hemos tenido que tragarnos. El trabajo de este año ha sido el más difícil.

Son cinco años en Primera, cuatro contigo al frente ¿echando la vista atrás con qué te quedas?

Me quiero quedar con lo mejor. He pasado años muy buenos aquí y, aunque ahora mismo no me acuerdo porque esta situación puede al resto, cuando pase el tiempo y lo vea con perspectiva no me quedaré solamente con este momento, aunque no lo podré borrar nunca. Me quiero quedar con todas las cosas buenas que hemos hecho y con todo lo que se ha conseguido en estos años. Se puede seguir trabajando para volver a la situación anterior. Todo eso queda al margen y ahora todo es agrio, ácido, amargo. Es lo que nos toca vivir y espero que con el paso del tiempo no me olvide de los momentos buenos que hemos vivido aquí.

¿Es este el momento más duro que has vivido?

Sí, sin duda alguna. Seguramente es el día más triste de mi vida en cuanto a lo profesional y en cuanto a lo personal, deportivamente, también. Es un momento complicado de definir con palabras. Donde otros no asumen sus responsabilidades, nosotros no las vamos a echar a otro sitio. Ahora la sensación que tenemos es de mucha tristeza, porque sabemos lo que supone bajar a Segunda División y lo que supone subir de nuevo a Primera. Así funciona esto y lo que hay que hacer es ponerse a trabajar para hacer un buen proyecto para que esto dure solo un año.

¿Te marcas un plazo para llegar a un acuerdo con el club?

Yo estoy a expensas de lo que el club me quiera decir y si en unos días no se ponen en contacto conmigo entenderé que cada uno seguiremos nuestro camino. Espero que en breve sepa y ellos sepan qué es lo que quieren. Cuando lo tengan claro y me lo comuniquen nos pondremos a trabajar, si nos tenemos que poner. Si en unos días no me han dicho nada me pondré a mirar por mi futuro, que no sé si descansaré porque llevo cuatro años en los que he gastado todo lo que tengo y más y a mí sí que no me queda nada dentro.

¿Cómo sería el Rayo Vallecano al modo de Paco?

Intentaríamos ver lo que hemos visto estos años. El problema es cómo configuras eso en una categoría con menos recursos, con obligación de subir y tener que trabajar con gente que sea competente y tengas 'feeling', no se trata de que se vaya todo el mundo y venga cada uno de un lado. Esa no es la manera. Son muchas cosas y estos proyectos hay que hacerlos con mucha tranquilidad, mucha calma y con mucho convencimiento de lo que se está haciendo. Habrá que respetar la parcela de cada uno, porque cuando se produce un desbarajuste como este parece que todo el mundo quiere hacer más de lo que le corresponde y creo que es un error. La Segunda División es muy difícil y creo que el mayor problema que cometen los equipos que descienden de Primera es pensar que van a subir con la gorra, y hacerlo cuesta un mundo.

¿Qué le diría a la afición del Rayo?

Lo que la afición necesita lo ha visto hoy y ha visto a tíos como carros llorando en el medio del campo y no se puede pedir más que eso. Las palabras las puedes maquillar, yo puedo venir aquí y dar un discurso y no sentirlo, si soy buen actor os lo creéis, pero cuando ves a alguien llorar es porque lo siente y entiende que eso genera mucho dolor en toda la gente. La mejor prueba de que nos duele es lo que se ha visto en el centro del campo y es nuestra forma de decirle a la gente que lo sentimos. Lo hemos intentado pero no hemos podido conseguirlo y lo único que nos queda es que ellos sepan que estamos tan dolidos como ellos y que los que estemos aquí vamos a luchar por poner otra vez al Rayo donde se merece.

Si Paco no siguiese, ¿espera que ese legado quede en la memoria del Rayo durante mucho tiempo?

No quiero que nadie me eche flores ni me ponga nada, pero tampoco me gustaría que se echase en el olvido. He tratado de trabajar con la mayor honestidad y profesionalidad posible, que he cometido muchos errores y hecho algunas cosas bien, pero que siempre he hecho las cosas convencido de lo que hacía. Esta tristeza es demasiado gorda. Soy un entrenador más de los que han pasado o pasarán por el Rayo y si estoy seguiré intentando trabajar con la honestidad y profesionalidad que lo he hecho y si viene otro le ayudaré incluso en la distancia.

¿Qué les has dicho a los jugadores en el vestuario después del partido?

Al principio no les he dicho nada, pero antes de bajar a la rueda de prensa les he dicho que pueden llorar, pero que no quería ver a nadie con la cabeza agachada, porque no tenemos motivos para ello. Si tenéis que llorar, hacerlo, pero con la cabeza arriba. Han hecho todo lo que han podido y es difícil consolar a la gente, hay que dejarles que lloren y asimilen todo esto, que se vayan a sus casas, aunque seguirán estando jodidos mucho tiempo.