La "reubicación" forzosa sin previo aviso provoca malestar entre un grupo de aficionados que lo mínimo que solicita es información, organización y medidas dignas para todos. Para el partido ante el Córdoba, el Rayo Vallecano se encontró con la protesta de un grupo de aficionados que no pudo acceder a su localidad topándose con los empleados del club que le negaba la posibilidad de acudir a su zona habitual por estar llena y porque ya había habido protestas de otros seguidores por la misma razón. Se presentaron varias hojas de reclamaciones debido a que la grada de Vallecas no está sectorizada y cualquier aficionado puede acceder al graderío por un vomitorio y sentarse en la zona totalmente opuesta a la de su acceso. Además, muchas localidades no tienen número y se hace complicado para los aficionados ordenarse de manera eficiente y natural en el graderío, provocando enfrentamientos entre abonados habituales y seguidores que acuden con las entradas generales o de promoción correspondientes.
En el partido de ayer, el Rayo reservó una zona en la grada baja de preferencia para los integrantes del equipo Genuine que se fotografió con el primer equipo antes del inicio del choque, lo que provocó una reducción significativa en una de las esquinas en las que habitualmente se sitúan algunas de las peñas del conjunto franjirrojo. Esta zona, entre otros lugares, se convirtió en uno de los 'focos' de enfrentamiento entre aficionados por la imposibilidad de poder ocupar las que "supuestamente" eran sus localidades y los empleados del club tuvieron 'trabajo extra' durante diversas fases del partido para intentar manejar una situación que es inmanejable mientras los asientos no están correctamente identificados.