Opinión. Un año más la Peña Rayista 2004 fue fiel a su tradición y cumplió con creces en una noche de rayismo a la que ya nos hemos ido acostumbrando año tras año. Buena organización, buen gusto, gran trabajo. Este año, por segundo en la década de existencia de Pasión por el Rayo, decidieron premiar el trabajo del medio más humilde dentro del rayismo. Tengo que reconocer que, con el paso de los años uno ve con otra perspectiva momentos como ese. Voy a agradecer a la Peña 2004 este nuevo reconocimiento por la valentía que supone premiar un proyecto sin grandes pretensiones, sin grandes alardes, que lleva trabajando el día a día en la sombra, sin grandes titulares, sin primicias, ni aspavientos.

Quiero agradecer a la Peña 2004 que, como la gran mayoría del resto de peñas, siempre vaya por delante del propio club, aunque eso en lo que estoy diciendo es fácil, solo hay que hacer algo. Es una pena, y yo diría que un insulto, que las redes sociales y los medios oficiales del Rayo hayan silenciado de manera tan descarada una fiesta como la de anoche. Aunque solo fuera por respeto a su propio nombre, representado por Míchel, Abdoulaye, Alex Moreno y Embarba, de la primera plantilla, por Fernando López, jefe de prensa y enlace con la afición, si eso existe en Vallecas, por su equipo Femenino, por exjugadoras y exjugadores como Natalia y Trashorras. No hablo de dar publicidad al nombre de Pasión por el Rayo, que para eso ya lo han hecho en el Diario Marca o en la agencia EFE, entre otros muchos. No. Estoy hablando de su propio nombre, de pasar por alto un momento en el que se honra a las viejas glorias del Rayo o en el que se felicita a los artífices del último ascenso a Primera.

Es lamentable, es bochornoso, es increíble, que el propio Rayo Vallecano cubra un tupido velo y quiera obviar que más allá de sus propias narices hay vida, mucha vida, y que la afición del Rayo se expresa, la afición del Rayo se reúne y la afición del Rayo se enorgullece de su club. Sus dirigentes, una vez más, por enésima vez, volvieron a quedar retratados, no solo por no asistir, que están en su derecho, pueden hacer lo que quieran, sino por enturbiar una fiesta de rayismo. En PxR hemos dicho que ya no esperamos un mensaje en redes sociales anunciando una retransmisión nuestra, pero no hacer una mención, aunque fuera mínima, a lo vivido anoche, es un insulto al rayismo. Otra oportunidad perdida para demostrar el señorío que nos gustaría percibir en nuestro Rayo.