Ficha técnica:.
R. Valladolid (0): Masip, Kiko Olivas, Calero, Enes Unal, Oscar Plano, Rubén Alcaraz, Moyano (Antoñito, minuto 45), Toni (Cop, minuto 63), Míchel, Nacho y Keko Gontan (Verde, minuto 73).
R. Vallecano (1): Dimitrievski, Advíncula, Velázquez, Abdoulaye, Amat, Alex Moreno,, Medrán, Comesaña, Embarba (Bebé, minuto 62) (A), Trejo (A) (Alvaro, minuto 84) y Raúl de Tomás (Tito, minuto 90).
Árbitro: Cordero Vega.
Goles: .0-1. Minuto 1. Medrán.
R. VALLADOLID 0 - RAYO VALLECANO 1
Víspera de Reyes, sábado al mediodía, jornada soleada en Valladolid y fútbol en el José Zorrilla. El Rayo llegaba a Pucela con la necesidad de lograr la segunda victoria como visitante de la temporada, apremiado por la falta de puntos en la clasificación y con ganas de meterse en la 'pomada' de la lucha por la salvación y acercarse a los rivales que le anteceden en la tabla. Para conseguir su objetivo Míchel repitió defensa de tres centrales y dos carrileros largos buscando profundidad en ataque y mucha solidez defensiva.
Y no pudieron empezar mejor las cosas para los de Vallecas. En la primera acción del partido, una buena llegada de Alex Moreno por la izquierda sería culminada con un gran pase interior de Embarba para una buena definición de Medrán. Era el primer minuto del partido y el Rayo ya lograba el objetivo de ponerse en ventaja en un partido tan importante como el de hoy.
Tras el inesperado inicio de partido para los de Sergio, el Valladolid quiso llevar el duelo a su terreno y se quedó con el dominio territorial ante un Rayo que se parapetó muy bien atrás y que aguantó sin mayores apuros las tímidas acometidas de los castellanos. Abdoulaye estaba inmenso al corte, rápido y muy atento, y el Rayo quería avisar con salidas a la contra que no llegaron a culminarse por falta de agresividad, valentía y riesgo en el último pase. Aun así, el partido parecía estar desactivado, con un Rayo junto y sin espacio entre líneas y un Valladolid incapaz de encontrar resquicios para penetrar y buscar la portería del macedonio Dimitrievski.
Desde los primeros minutos, el Rayo no volvió a pisar el área de la portería de Masip, cediendo mucho terreno y dejando que los locales jugaran en campo franjirrojo durante largos períodos de la primera mitad. La salida de balón rayista no era nítida, permitiendo rápidas recuperaciones de balón de los blanquivioletas. Pasaban los minutos y no pasaba nada, para desesperación de la hinchada local. De Tomás se peleaba con los defensas y consigo mismo, mientras Trejo participaba en todas las acciones ofensivas de los de Míchel, que en los minutos finales de la primera mitad se quitaron de encima la presión de su rival para llevar el partido al descanso sin tanto sufrimiento, aunque solo fuera por insistencia.
El final de la primera parte sería un alivio para los vallecanos, que se iban en ventaja, y también para los locales, que podrían releer el partido en el vestuario y buscar las alternativas que no habían sabido encontrar hasta el momento.
La segunda mitad arrancó con los mismos indicadores que lo vivido en la primera. El Valladolid intensificaba su ofensiva para generar peligro en torno al área de Dimitrievski, aunque se le apagaban las luces en la frontal. Apenas un par de remates de falta pusieron algo de picante a un inicio en el que el Rayo no jugaba a nada y en el que perdía constantemente la posesión al más mínimo atisbo de presión blanquivioleta.
Gontan la tuvo con un remate que salvó abajo, reaccionando bien, Dimitrievski. El Valladolid seguía con su guión de partido y el Rayo intentaba nadar y guardar la ropa para sumar tres puntos vitales ante un rival directo por la supervivencia. Y el plan le funcionaba al Rayo, que daba entrada a Bebé en lugar de Embarba para refrescar la zona ofensiva.
Precisamente sería Bebé el que gozaría de una gran ocasión, con un disparo lejano que obligó a Masip a emplearse a fondo para enviar a córner. En la siguiente jugada, Advíncula remataría un balón que pasó junto al poste. Fueron los momentos de mayor intensidad de un Rayo que encaraba la recta final del choque buscando que la presión y los nervios consumieran definitivamente a los locales, que no sabían qué hacer para levantar un partido que tendría una resolución totalmente inesperada. Abdoulaye cometió penalti sobre Cop, Míchel lo lanzó y Dimitrievski lo detuvo, cerrando un duelo en el que el Rayo tuvo que sufrir para recuperar parte de su vida en la competición, teniendo incluso una contra de tres contra uno que no fue culminada.