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CRÓNICA

Alavés 1-0 Rayo Vallecano: Sin milagro en Sábado Santo

Derrota ante un Alavés que, pese a tenerlo muy complicado, quiere seguir soñando con la salvación

Escrito por Sábado, 16 Abril 2022

    El Rayo Vallecano perdió en Mendizorroza alargando una sequía de victorias en 2022 que hace peligrar la salvación.

    Alavés 1-0 Rayo Vallecano: Sin milagro en Sábado Santo

    Ficha técnica:

    Alavés (1): Pacheco, Tenaglia, Laguardia, Lejeune, Navarro (Aguirregabiria, minuto 75)), Escalante (A) (Pina, minuto 83), Loum, Jason (Manu García, minuto 45), Edgar (Duarte, minuto 75), Luis Rioja (Miguel, minuto 85) y Joselu.

    Rayo Vallecano (0): Dimitrievski, Balliu, Catena, Maras (A), Fran García (Unai López, minuto 73), Óscar Valentín (Mario Hernández, minuto 90), Santi Comesaña (Bebé, minuto 73), Isi (A), Nteka (A) (Trejo, minuto 65), Alvaro y Sergi Guardiola.

    Arbitro: Martinez Munuera.

    VAR: Estrada Fernández.

    Goles: 1-0. Minuto 63. Joselu.


    ALAVÉS 1 (Joselu) - RAYO VALLECANO 0  (-)

     

    El Rayo Vallecano buscaba en Vitoria una victoria que le redimiera de sus pecados esta temporada. De esos pecados que le hicieron desear la Copa ajena, esos pecados que le llevaron a soñar con Europa, esos pecados de soberbia en el mercado de invierno y esos pecados que llevaron al equipo a sufrir cuando sobre el papel lo tenía casi todo hecho.

    A nivel futbolístico el partido en Mendizorroza arrancó con una clarisima ocasión para Maras, que repetía titularidad en el centro de la zaga, y otra para el milagrosamente recuperado Fran García, que remató obligando a Pacheco a estirarse para despejar por encima del larguero. El Rayo arrancaba con electricidad ante un Alavés que sabía que una de sus bazas pasaba por buscar al siempre peligroso Joselu.

    Iraola había tirado de once penitentes entre los que se echaba en falta a Trejo y entre los que recuperaba a Comesaña. El resto, los de siempre... Balliu y Catena para completar la zaga, Oscar Valentín como 'coche escoba', Isi y Alvaro para incomodar por banda, Nteka como 'verso libre' y Guardiola como estilete ofensivo en busca de mantener la racha goleadora.

    Superado el ecuador de la primera parte, en la que la procesión rayista había hecho bastante más ruido que la local, las fuerzas se igualaron y ambos equipos invocaron a todos los santos para buscar ayuda. El Rayo lo haría con San Alvaro García, que con tendencia a volcarse a la izquierda llegaba a su destino con facilidad, pero también lo intentaría con San Isi Palazón, santo de todos aquellos que ven el fútbol con facilidad y siempre eligen bien. La falta de fe de Balliu evitó que un gran pase de Alvaro acabara en el 0-1 que tanto necesitaba la iglesia vallecana. Los de Vallecas hoy creían en que el milagro se obraría y la primera victoria de la temporada terminaría llegando por lo divino o lo terrenal.

    Durante el primer acto apenas pudimos disfrutar del 'morado nazareno' de Dimitrievski, para alivio de los franjirrojos que, salvo en los primeros compases, tampoco hicieron trabajar en exceso a un Pacheco que vestía de rojo, otro de los colores típicos de una Semana Santa en la que tanto unos como otros esperaban que se obrara el milagro de la salvación (mucho más cercano para el Rayo que para el Alavés).

    Mientras los costaleros de una y otra cofradía se dejaban el lomo buscando portar la imagen del mejor fútbol posible, Guardiola obligaba a Pacheco a lucirse para evitar el 0-1 de nuevo, mientras Dimitrievski, inédito en los primeros cuarenta y cinco minutos, debía sacar una mano salvadora para evitar el 1-0. Llegaba el momento de descansar para encarar el tramo final del 'via crucis'.

    El segundo acto iba a arrancar igual que el primero. El Rayo insistía con su habitual constancia, mientras el Alavés esperaba una oportunidad divina para alejarse del infierno de Segunda División. Dimitrievski apareció de nuevo para dejar todo según el orden establecido, porque si una victoria era casi definitiva, una derrota añadía demasiado peligro a la vida de un Rayo al que se le ha ido 'gastando' el crédito acumulado hasta la fecha.

    Quedaba media hora y el paso se había hecho más cansino, menos contundente. El Rayo perdía parte de su empaque ante un Alavés que, sin brillo ni calidad, se veía con opciones claras, mucho más tras la saeta que cantó Dimitrievski a disparo de Joselu. El macedonio falló clamorosamente permitiendo el 1-0 que obligaba al Rayo a exprimirse al máximo, viendo que el infierno vitoriano también podía terminar quemandole. El morado penitente de Dimitrievski tiñó las caras de los futbolistas de un Rayo desesperado y desesperante que remataba fuera todo lo que tenía cerca de Pacheco.

    Iraola pensó que, a falta de quince minutos, era el momento de buscar la heroica con Bebé y con Trejo, mandando a Alvaro al lateral zurdo para buscar la frescura del portugués en el extremo y del argentino entre líneas. El plan ya era claro, había que ir con todo a por todo.

    El Rayo se quedaba sin ideas y la penitencia era demasiado dura. Los envíos al corazón del área, sin orden ni concierto no ayudaban a poner claridad a una situación fea y desagradable que, hoy más que nunca, acerca al Rayo por sensaciones y falta de reacción, a la zona de peligro. La expulsión de Balliu por roja directa iba a escenificar la desesperación de un equipo temeroso.

    El Sábado Santo tampoco obró el milagro. El Rayo tendrá que seguir 'penando' para seguir en el cielo.


     
     

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