Ayer un grupo de rayistas, con el apoyo de la Federación de Peñas, hizo gala de ese carnet de oro virtual que algunos tienen desde hace años y que de vez en cuando desempolvan para mostrar el camino a seguir y para decirle a quien dirige el Rayo Vallecano que el equipo es de Vallecas y su gente está mucho más cerca que ellos del escudo y el sentimiento que emana del mismo. Mientras otros se empeñan en viajar a Dubai, China, Estados Unidos, Arabia o donde el sonido de las monedas que todo lo ensucian les encaminen, en Vallecas el Rayo se vive de manera diferente, en Vallecas el Rayo se vive como se ha hecho toda la vida. En las calles del barrio, en sus bares, en los alrededores del Estadio de Vallecas, ahí está el Rayo.

Ayer, ese grupo de rayistas con carnet de oro organizaron un acto con ese aroma a fútbol del de toda la vida, con esos protagonistas a los que el Rayo sigue dando la espalda, a los que el Rayo ni ha cuidado, ni cuida, ni cuidará jamás.

La idea era seguir haciendo más grande el nombre del Rayo y hacerlo apoyándose en aquellos que en su día hicieron historia defendiendo los valores de este club. En la Cervecería Boliche se vivió una de esas tardes que hacen diferente a este club. Con la presencia de Potele, Felines, Uceda, Luis Cembranos y Cota, se presentó una bufanda en recuerdo, homenaje y agradecimiento a algunas de las grandes leyendas del club franjirrojo. Los nombres de Guilherme, Cota, Bolo, Luis Cembranos, Míchel, Piti, Natalia, Alicia y Trejo quedarán, junto a los de Peñalva, Illán, Felines, Guzmán, tanco, Anero, Potele, Uceda y Wilfred no sólo en el recuerdo y en los libros de historia de este gran club, sino también en unas bufandas que recogen la esencia de la gente del Rayo.