Los amistosos de pretemporada estarán sirviendo para que Iñigo Pérez haga sus cábalas y para ver los puntos fuertes y las debilidades de un equipo que, tras cinco partidos disputados, muestra carencias que no son nuevas. Por un lado, el aviso a navegantes que supone el elevado número de goles encajados. El conjunto vallecano no ha sido capaz de mantener su portería a cero en lo que va de verano, encajando once goles. En el estreno ante el Braga, los vallecanos recibieron dos goles, repitieron en tierras lusas al caer por 2-0 ante el Vitoria Guimaraes. Después llegaría la goleada ante el Heerenveen en el peor partido hasta la fecha y la derrota en la tanda de penaltis frente al Córdoba tras encajar otro gol más en los noventa minutos del amistoso disputado en el Arcángel.
Los goles en contra se cerraron ayer con el 1-0 frente al Bournemouth de Antoni Iraola y a la espera de cerrar el carrusel de partidos ante el Wolverhampton.
Pero los problemas del Rayo van más allá de los goles recibidos, porque tampoco en la faceta ofensiva los números son prometedores. Dos goles ante el Braga en el estreno (Pelayo y Marco) y uno contra el Córdoba (Randy Nteka) han sido los únicos tantos que han podido celebrar los franjirrojos.
Los goles, tanto a favor como en contra, vuelven a ser el 'dolor de cabeza' para un Rayo que en cinco días disputará su último de preparación en tierras inglesas.