Málaga y Rayo Vallecano medirán sus fuerzas el próximo domingo (La Rosaleda, 19 horas) y lo harán buscando el camino de la victoria que refrende su buen fútbol. Los resultados no han acompañado ni a unos ni a otros en las primeras jornadas de liga y, aunque los vallecanos han logrado una victoria y los malagueños se han tenido que conformar con un empate, ninguno de los contendientes está totalmente satisfecho con sus números. Y no lo están porque, el calendario para los malagueños y la mala fortuna y el destino para los franjirrojos, les han sido totalmente esquivos.

El Málaga afronta el choque ante el Rayo con la mente puesta en sumar su primera victoria de una temporada que ha empezado 'de traca' para un equipo en pleno proceso de renovación. La salida de Pellegrini del banquillo y la llegada de Schuster, sumada a la 'estampida' protagonizada por las principales estrellas del equipo andaluz, han transformado el panorama futbolístico de la capital de la Costa del Sol. El estilo de juego, o al menos el espíritu, es bastante similar. De eso se ha encargado el propio Schuster, que en sus diversas comparecencias públicas ha defendido su proyecto como una continuidad de buen juego, de trato exquisito del balón y de fútbol ofensivo. Es cierto que en Málaga ya no están los Isco, Joaquín, Toulalan y compañía, algo que en cualquier otro equipo hubiera sido una debacle total y absoluta, pero no es menos cierto que mantener a Morales y contar con Anderson, Chen, Angeleri, Santa Cruz o El Hamdaoui en sus filas, es garantía, cuando menos, de esperanza.

El inicio liguero para los blanquiazules ha venido marcado por el alto nivel de exigencia de unos rivales que, hoy por hoy, parecen de 'otra liga'. La visita a Mestalla, saldada con derrota y con unas polémicas declaraciones de su entrenador, que dijo haber calculado cero puntos de nueve en las tres primeras jornadas; la llegada del Barcelona, que supuso la segunda derrota consecutiva de la temporada y el empate en el Sánchez-Pizjuán, han ofrecido un arranque de campeonato que muy pocos equipos podrían haber superado con nota. El Málaga no lo ha hecho y, pese a que su fútbol ha dejado destellos de lo que puede llegar a ofrecer, un punto de nueve posibles, y estar en la zona baja de la tabla, no deja tranquilo a nadie.

El Málaga ha seguido apostando por Willy Caballero en la portería, con Kameni, ex-jugador del Espanyol, a la espera de una oportunidad que ni con el cambio de entrenador parece llegar. En defensa, para el técnico alemán, Gámez, Antunes y Angeleri han sido fijos, con Chen y Sergio Sánchez a la expectativa. Schuster también ha depositado su confianza en varios jugadores de la zona media. Así, tanto Darder como Tissone, han sido los elegidos, mientras que Morales y Duda, que no jugará el domingo por sanción, son la alternativa. Anderson, aquejado de problemas musculares en la sesión de entrenamiento del jueves, será duda para este partido. En la delantera, Roque Santa Cruz y el joven Fabrice tomaron posiciones antes del parón de selecciones, pero El Hamdaoui podría disputar su primer partido como titular ante los vallecanos.

En Málaga, como en otros muchos lugares, no hay lugar para la confianza ante la llegada de un Rayo que ya les sorprendió la pasada temporada y que, gracias a los goles de Piti y al buen fútbol colectivo, se llevó los tres puntos de La Rosaleda. La consigna es clara, mantener el nivel de juego, continuar con la estabilidad defensiva y reforzar el ataque para sumar la primera victoria de la temporada.

El deseo de volver a competir ha hecho que la semana fuera muy larga en Vallecas

La derrota ante el Levante escoció y mucho. Perder en el último minuto de un partido que tenías empatado, que dominabas, que manejabas y en el que las ocasiones iban cayendo una tras otra, dejando una clara sensación de superioridad, es un mazazo que solo se puede solucionar compitiendo y el Rayo buscará el antídoto del veneno inyectado por el Levante en una plaza que el año pasado no le fue esquiva. En Vallecas, la lectura del parón liguero es en clave positiva, porque sirve para mejorar aspectos que el ritmo competitivo quizá no permite fijar, porque ayuda a que los últimos fichajes se metan de lleno en la dinámica del grupo y porque descongestiona un inicio de temporada en el que el equipo ya se ha llevado dos reveses totalmente diferentes. El primero en forma de goleada en el Calderón, ante un Atlético que no dio opción y con un juego que dejó mucho que desear, y el segundo con una derrota inesperada y, aunque a Jémez no le guste decirlo, totalmente injusta.

Entre tanto el ritmo ha continuado a un nivel alto en Vallecas. Las jornadas de doble sesión, de altísima presión e intensidad, han marcado un período en el que los lesionados han seguido trabajando sus respectivas dolencias. Nery Castillo ha mantenido un ritmo moderado en su trabajo individual, mientras que Iago Falqué, que llegó en el mercado de fichajes para cubrir la baja de larga duración de José Carlos, comenzaba su período de rehabilitación tras caer lesionado en los primeros compases de su estreno como franjirrojo en la primera jornada. Los que finalmente han podido recuperarse con mejores prestaciones han sido Embarba y Seba (sus dolencias eran de menor envergadura).

Así las cosas, entre lesionados y jugadores que han viajado, el equipo tampoco ha estado al completo estas dos semanas. A la ausencia de Saúl, concentrado con la selección española sub-21, y de Lass, que viajó para sumarse al equipo de Guinea-Conakry, pese a no disputar ni un solo minuto, se sumaron los permisos concedidos por el club a Johan Mojica y a Cueva. Lass deberá cumplir esta semana el primero de los dos partidos de sanción impuestos por el Comité de Competición y ratificados por Apelación tras su expulsión ante el Levante.

El resto es historia. Trabajo físico, transiciones defensa ataque, presión ofensiva y defensiva, llegadas y centro por banda, colocación y disposición táctica, estrategia, en definitiva, el habitual trabajo de un equipo que cuida hasta el más mínimo detalle.

Larrivey buscará recobrar la titularidad en punta de ataque, siempre que Jémez vuelva a confiar en un hombre avanzado que tenga menos movilidad que Alberto Bueno, pero más presencia en área pequeña, y Adrián, que la semana pasada volvió a expresar públicamente su deseo de tener mayor protagonismo en el equipo, reivindicará un puesto en el once titular, pese a que no termina de encontrar un hueco en 'el corazón de Vallecas'. Jonathan Viera, cedido por el Valencia y del total agrado del entrenador franjirrojo, podría empezar a tener su protagonismo en el equipo esta misma semana.

Con la disyuntiva del centro de la defensa, donde el técnico franjirrojo ha tenido que echar mano de Arbilla, porque no terminaba de ver bien a Galeano, y con Rodri recuperado y Zé Castro entrando en ritmo, el Rayo afrontará las dos últimas sesiones de entrenamiento (viernes y sábado, ambas en horario matinal) con la intención de encontrar ese patrón de juego que le haga volver a 'asaltar' La Rosaleda.