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Los problemas del Rayo en el centro de la defensa

Escrito por Martes, 17 Septiembre 2013

    Cuatro centrales natos y uno 'adaptado' para solventar un problema al que Jémez todavía no parece haber encontrado una solución. Gálvez, Galeano y Arbilla se han alternado, con Rodri y Zé Castro fuera.

    Las goleadas y los resultados negativos en general suelen dejar por el camino una serie de damnificados que, circunstancialmente o producto del 'causa-efecto', sufren las consecuencias. En el caso del Rayo, las goleadas lejos de su estadio en las dos primeras salidas de la temporada han tenido su reflejo en una posición que para el técnico Jémez es vital. Los centrales han visto que, voluntaria o involuntariamente, el míster franjirrojo ponía el foco directamente sobre ellos.

    El planteamiento alegre y desenfadado, de dominio y posesión, del Rayo, siempre acarrea sufrimientos defensivos que, en ocasiones, como ya ocurriera varias veces el año pasado o como ha sucedido en este arranque liguero, es aprovechado por los rivales para 'masacrar' a la defensa. Si el equipo en su conjunto no se conjura para evitar pérdidas inocentes de balón, para tapar las salidas del equipo rival y para presionar hasta la extenuación buscando recuperar rápidamente cada pérdida, la línea defensiva y el portero están vendidos.

    En el Calderón, la desidia general y la inseguridad de la línea defensiva provocó que los delanteros rojiblancos camparan a sus anchas por el área defendida en aquella ocasión por Cobeño. En La Rosaleda, la película fue distinta, aunque el resultado final se pareciera. En esta ocasión fueron los errores puntuales, la calidad de los rivales y el acierto de un hombre 'en racha' los que pusieron la puntilla.

    Entre tanto, hay tres hombres que se erigen como protagonistas involuntarios de la vorágine goleadora en contra del Rayo. Gálvez y Galeano, o viceversa. Este podría ser el título de una obra dramática que tendría como colaborador incuestionable a Arbilla y como espectadores de lujo a Rodri y Zé Castro. Por partes, Galeano y Gálvez empezaron la temporada como titulares y, a priori, nada hacía pensar que no fuese a ser esta la pareja de baile elegida por el técnico mientras llegaban los refuerzos. Pero llegó el partido del Calderón y, con él, el primer movimiento de Jémez. Tras varios avisos y, viendo que Gálvez no mostraba la contundencia y claridad habituales, perdiéndose en regates arriesgados en zonas de máxima seguridad, decidía improvisar situando a Arbilla junto a Galeano, cuando apenas se habían consumido 35 minutos de juego. Este movimiento hizo presagiar un cambio de rumbo en la idea del técnico, que se produjo, pero que terminó perjudicando al central que logró mantenerse en pie ante el Atleti. Galeano era 'sacrificado' en el siguiente partido y Gálvez y Arbilla tomaban las riendas.

    Con este cambio, Jémez volvía a romper una vez más la pareja de centrales, evidenciando una clara falta de confianza en esa posición. Entre tanto, la llegada de Zé Castro y la paulatina recuperación de Rodri, tampoco han aportado nada positivo de momento para que el equipo salga de este trance. Para Jémez, el portugués aún no ha asimilado la forma de juego y la exigencia del equipo en esa demarcación, mientras que el catalán, que está recuperándose de una grave lesión que le mantuvo fuera del equipo prácticamente toda la temporada pasada, aún no está al nivel deseado, tanto de juego como de confianza personal.

    El último episodio del drama que vive el Rayo en el centro de su zaga se vivió en La Rosaleda. Tras una semana en la que Galeano había entrenado a un nivel altísimo, así lo reconoció el propio Jémez en la rueda de prensa previa al choque con el Málaga, el argentino conseguía el premio y gozaba de una nueva oportunidad, pero no pudo ni supo aprovecharla. Al descanso, viendo que el marcador ya reflejaba un 2-0 y que el equipo necesitaba mayor velocidad en la salida y algo más de contundencia, Jémez le dejaba fuera del equipo para dar entrada de nuevo a Arbilla. El resultado final tampoco permite sacar muchas conclusiones.

    Los problemas defensivos del Rayo, las dudas de su técnico y la llegada del equipo más goleador de la liga española el próximo sábado, pintan un escenario poco alentador para un equipo que deberá pasar el trago de la mejor manera posible, sin presiones y teniendo claro que su liga llegará en las próximas semanas.

     

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