¿Has visto penalti en el derribo de Adrián por parte de Alberto Moreno?

Creo que en estos momentos lo menos importante es valorar si el árbitro se ha equivocado en una jugada. Lo que yo haya visto o dejado de ver, no sé si se atiene a la realidad, porque estoy muy lejos, pero si el árbitro no lo ha pitado, no es realmente importante. Después del partido, lo que menos me apetece es valorar la actuación arbitral.

Con el 2-1, ¿se ha visto con opciones de poder remontar el partido?

Creo que con el 2-0 hemos hecho los mejores minutos de fútbol que hemos tenido, con mucha claridad y con llegadas. Hemos tenido oportunidades de empatar, pero las expulsiones nos han atado de pies y manos. La gente que ha quedado en el campo ha hecho un esfuerzo fantástico, digno de elogio. Nos llevamos un resultado demasiado amplio, pero es el que es.

Estarás preocupado por la gran cantidad de goles que está recibiendo el equipo.

Creo que en estos momentos nos estamos haciendo nosotros más daño del que nos hace el contrario. Yo ahora mismo no tengo temor por ir a jugar el sábado contra el Valencia, tengo temor por lo que somos capaces de hacernos nosotros mismos, porque nos hacemos muchísimo daño, bien sea en pérdida de balón, expulsiones, penaltis que no deberíamos cometer... siempre estamos dándole mucha ventaja al contrario y creo que no es que los contrarios nos metan muchos goles, es que nos los metemos nosotros. Nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos.

El penalti de Arbilla era totalmente innecesario.

Es hacernos daño nosotros mismos y el problema no es que sea un jugador, es que una semana es uno y otra es otro. Le damos demasiadas facilidades a los contrarios, que en esta categoría son muy buenos. Yo me siento responsable de lo que pasa en el campo, sobre todo de lo malo. Es algo que tenemos que aprender y quitarnos, que si nos ganan los rivales que sea porque ellos mismos se generan las ocasiones y demuestran que son mejores que nosotros, pero no porque prácticamente nos metamos nosotros los goles.

¿Tiene la sensación de que se ha escapado el Sevilla vivo?

Si partimos de la base de que vamos a conceder al contrario, por muy mal que esté, tres o cuatro jugadas de gol, para ganar algún partido tenemos que meter cinco o seis goles y nosotros no somos ese tipo de equipos, somos pequeñitos y humildes y tenemos que rentabilizar al máximo las cosas que podamos hacer. Mientras no paremos esa sangría de hacernos daño nosotros mismos, va a ser complicado que podamos ganar algún partido.

¿Te preocupa que el entorno, estando ahí abajo, os dificulte salir de ahí?

A estas alturas no pensábamos estar donde estamos, aunque es cierto que si algún equipo, por su presupuesto y demás, tiene que estar ahí, somos nosotros. No queremos estar ahí, pero no hemos hecho méritos suficientes para estar mejor, estamos donde estamos por deméritos propios. Trabajamos todo lo que podemos, intentamos aprender de los errores, aunque parezca que no, intentamos jugar al fútbol y hacer lo mejor que podemos las cosas, pero no nos están saliendo. La idea es mejorar y sacar poco a poco al equipo de ahí, pero para eso tenemos que hacer todo lo que no estamos haciendo o, por lo menos, quitarnos todas esas cosas que hacemos mal y que le dan ventaja al rival. Confío en el trabajo y en mis jugadores y creo que tenemos capacidad para hacerlo mucho mejor de lo que lo hacemos. Eso es lo que toca trabajar.

Se dominó ante el Levante, ante el Barcelona y hoy, ¿merece el Rayo tener algún punto más en la clasificación?

Los equipos están donde se merecen, esto no es cuestión de suerte o merecimientos. Este juego no premia al que juega mejor, lo hace con el que juega mejor y sobre todo gana, si juegas muy bien y no ganas, indudablemente, no recibes premio. Estamos donde tenemos que estar, hemos cometido y cometemos tantos errores y tan graves que es difícil que ganemos un partido. Sabemos dónde está el problema, tenemos mucho tiempo todavía y tenemos muchas ganas de ponernos manos a la obra, ya. Que en estos momentos seamos últimos con una cantidad de goles en contra, espantosa, es únicamente demérito nuestro y sobre todo mío, que soy el responsable.