Valencia y Rayo Vallecano volverán a verse las caras de nuevo en el segundo de los tres partidos programados para el presente mes de Diciembre y que, caprichos del azar, ha emparejado a estos dos equipos en Copa del Rey en la misma semana en la que se disputa su enfrentamiento liguero.

Con el partido definitivo de Copa a la vuelta de la esquina, los de Jémez visitarán al conjunto valencianista con el regusto amargo que dejó la derrota del pasado domingo ante el Sevilla y con la idea de poner la puntilla al proyecto de su rival, que actualmente atraviesa por el peor momento de la temporada.

Los valencianos empezaron la liga mostrándose como una de las posibles alternativas a los tres equipos que mantienen su hegemonía en nuestro fútbol. La llegada del empresario chino Peter Lim abrió la puerta a la incorporación de varios jugadores de alto nivel, que llegan a Valencia con la intención de devolver al conjunto levantino a los puestos altos de la liga, con un claro objetivo: la Champions League. Junto a jugadores del nivel de Rodrigo, Mustafi, Otamendi o Negredo, el técnico portugués, Nuno Espírito Santo, cuenta con hombres que conocen la casa como Alcacer, Gayá, Piatti o el mismo Javi Fuego, un jugador sacrificado y esforzado, que también ha sabido ser pieza clave en un grande como el Valencia.

Pero pese a la estructura creada y a las ilusiones generadas por el proyecto, el conjunto valencianista ha sufrido tal bajón en sus resultados que las dudas se han instalado en la capital del Turia. Los aplausos y palmadas en la espalda se han transformado en inquietud y la alegría en una tensa espera que podría explotar este sábado si el Rayo hiciera algo más que inquietar a su rival.

El envoltorio ambiental es aquel de las grandes ocasiones, en las que afición y equipo buscan un objetivo común, aquellas en las que cualquier tropiezo puede suponer un divorcio momentáneo. Los últimos resultados, las dudas que generan tanto los planteamientos de Nuno como el rendimiento de alguno de sus jugadores y la ansiedad que todo ello provoca hacen que Mestalla sea una especie de polvorín a punto de reventar. Además, la ausencia de Parejo como director de orquesta y de Paco Alcacer, expulsado en Granada y desquiciado ante su pérdida de protagonismo, añaden más pimienta al choque.

El Rayo intentará aprovecharse de los nervios de su rival

La intensidad y la tensión que el Valencia intente imprimir al partido podrían ser un arma de doble filo si el Rayo es capaz de aguantar el 'arreón' inicial y logra sobreponerse a base de fútbol-control. Para lograrlo, el conjunto vallecano no podrá contar con el sancionado Trashorras, con lo que llegará la hora de la alternativa en liga para el joven Jozabed. Tampoco estarán disponibles Cobeño, Zé Castro y Fatau, lesionados, ni Lass, que no cuenta para el técnico. Para el partido del sábado, Jémez recupera a Tito para el lateral derecho, aunque la buena actuación de Quini ante el Sevilla podría suponer un disgusto para el alcalaíno.

Que nadie busque similitudes entre lo sucedido en el partido de copa y el choque de este fin de semana, porque ni los equipos serán los mismos, ni las condiciones de ambos conjuntos coinciden con los que volverán a verse las caras en apenas unos días.

Baena volverá a ser el 'escudero' del jefe de operaciones y Kakuta y, previsiblemente Aquino, acompañarán a Bueno y Leo en busca de los goles que sirvan para relanzar las opciones del Rayo en esta liga de 'vaivenes'.

El conjunto vallecano volverá a estar arropado en la grada por un grupo de aficionados franjirrojos capaz de superar las dificultades que supone hoy en día organizar un desplazamiento en nuestro país y en nuestro fútbol. Pese a todo, "los de siempre" volverán a hacerse notar en el 'gallinero', queriendo ser testigos de la explosión del polvorín de Mestalla a manos de su Rayo.