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El Espanyol se lo lleva todo sin hacer nada

Escrito por Domingo, 21 Diciembre 2014

    El Rayo Vallecano termina el año cayendo ante el Espanyol. Los regalos defensivos y la falta de acierto en ataque rebajaron los merecimientos de un equipo que fue valiente y osado.



    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (1): Cristian Alvarez, Quini (A), Tito, Insua (A), Baena (A), Jozabed, Pozuelo, Kakuta, Alex Moreno, Bueno y Leo (Manucho, minuto 72).

    Espanyol (3): Casilla, Arbilla, Colotto (A), Eric (A), Fuentes, Alvaro (A), Sánchez, Lucas (A)(Javi López, minuto 85), Salva Sevilla (A) (Montañés, minuto 55), Sergio García y Caicedo (Stuani, minuto 61) (A)(A).

    Arbitro: Martínez Munuera.

    Goles: 0-1. Minuto 8. Sergio García; 1-1. Minuto 44. Leo; 1-2. Minuto 76. Lucas; 1-3. Minuto 94. Sergio García.


    El Rayo Vallecano dejó escapar tres nuevos puntos de Vallecas y lo hizo variando la alineación y el planteamiento táctico para terminar 'hincando la rodilla' ante un Espanyol que llegó, esperó y sentenció sin aportar nada al espectáculo futbolístico. Ese, el espectáculo, fue patrimonio del Rayo que, desde el banquillo, se dedicó a ofrecerlo a raudales, trasladándolo al terreno de juego.

    La apuesta de Jémez volvió a ser arriesgada y, viviendo de las rentas de locura de la copa, potenció el riesgo. Con Abdoulaye sancionado internamente, con Morcillo en la grada porque no convence, con Zé Castro lesionado y con Amaya, el único superviviente, viendo el partido desde el banquillo, el técnico franjirrojo se arriesgó a situar una inédita defensa de tres, en la que todos eran laterales. Tito, que ya ha jugado por ambas bandas, hizo de improvisado único central, acompañado por Quini e Insua. Este 'descubierto' defensivo provocaba mucha mayor presencia ofensiva, mucho campo con jugadores del Rayo.

    Para continuar con la revolución 'post-copera', Trashorras cedió su sitio a Jozabed, Pozuelo se situaba como segundo hombre de enganche junto a Alberto Bueno, mientras que Alex Moreno ocupaba la banda, dejando fuera al portugués Lica -Aquino no entró ni en la convocatoria-. 

    Con la sorpresa y la valentía por bandera, al Rayo no se le ocurrió nada mejor que 'regalar' el primer gol a un Espanyol que llegó a Vallecas a esperar a su rival y a aprovechar sus errores. Con la cartilla muy bien aprendida, los pericos se limitaron a los lanzamientos largos en busca de Caicedo y Sergio García, sin presionar la salida del balón local, confiando plenamente en que durante noventa minutos es muy difícil que el Rayo no conceda ocasiones claras de gol. Hoy tampoco fue ese día de tranquilidad plena, porque de un balón a la espalda, una salida de Cristian Álvarez -demasiado inseguro e inquieto durante toda la noche- un choque con Tito y un balón suelto para Sergio García, el Espanyol vio construir un imperio para el que no había aportado absolutamente nada de materia prima.

    El peso del partido lo llevaba el Rayo, que construía, buscaba a Alex Moreno por un lado y a Kakuta por el otro, movía el balón entre líneas con Pozuelo y Bueno y buscaba a un Leo que volvió a marcar, pero que parece haber perdido algo de chispa y frescura en las últimas semanas.

    Antes del descanso, en la última acción de primer período, el delantero franjirrojo cazaba un balón suelto dentro del área para poner las cosas en su sitio o para, al menos, acercarlas a lo que debería ser la realidad del partido que se estaba viviendo: la victoria del Rayo. Un error defensivo, un gol en contra y a seguir peleando, porque el oportunismo de Leo brindaba una segunda oportunidad.

    El Rayo tenía que culminar su partido llevándose los tres puntos, esa era la premisa y esa, también, la sensación que dejaba la aportación de unos y otros al choque. Los rayistas salieron dispuestos a seguir jugando a lo mismo para lograr su objetivo, mientras que el Espanyol, que era feliz con un punto, deseaba un nuevo regalo defensivo para obtener mayor rédito a su trabajo 'de trincheras'.

    Bueno lo intentó en dos ocasiones sin fortuna y Alex Moreno caía dentro del área ante el clamor popular de la grada que, minutos más tarde, entonaría el himno de su equipo. El Espanyol seguía sin aportar nada, salvo los goles. Segundo remate a portería y segundo tanto para los espanyolistas. Ver para creer. Vallecas enmudecía por momentos, no entendiendo lo que estaba pasando.

    Stuani, que había entrado minutos antes, aportaba una nueva dosis de emoción al partido al ser expulsado a falta de diez minutos para el final pero el Rayo se enredaba en balones embarullados dentro del área de Casilla sin encontrar su objetivo. Bueno cayó nuevamente dentro del área, sin que el colegiado entendiera la acción como falta, y Kakuta cerró la aportación ofensiva rayista con un remate elevado. Para colmo, Sergio García cerraba la cuenta con un nuevo gol en el descuento, que hacía más sangre de una herida dolorosa y profunda que dejará cicatriz durante las próximas fiestas navideñas.

     

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