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El Córdoba le recuerda al Rayo que su objetivo es sobrevivir

Escrito por Lunes, 12 Enero 2015

    El Rayo Vallecano perdió ante el Córdoba y dejó pasar una nueva oportunidad de reconciliarse con su afición como local y de optar a objetivos mejores que la lucha por la permanencia. 



    Ficha técnica:

    R. Vallecano (0): Toño, Tito (A), Abdoulaye (A), Quini, Baena (Pozuelo, minuto 67), Trashorras (A), Jozabed, Bueno, Kakuta, Álex Moreno (Aquino, minuto 71) y Licá (Manucho, minuto 55).

    Córdoba C.F. (1): Juan Carlos, Pantic, Crespo, Rossi, Fede Cartabia (F. Vico, minuto 81), Edimar, Deivid, Abel (Borja García, minuto 68), Bebé (A), Florin (Xisco, minuto 88) y Campabadal (A).

    Arbitro: Estrada Fernández.

    Goles: 0-1. Minuto 39. Abdoulaye, en propia puerta.


    Tan solo ha pasado una semana pero parece que el cambio de escenario suponga retroceder una eternidad el fútbol del Rayo Vallecano. El Estadio de Vallecas volvió a atragantársele a los de Jémez, que cayeron con el Córdoba repitiendo algunas de sus virtudes, pero exagerando en exceso muchos de sus defectos.

    Los vallecanos, ya no se sabe si por gusto o por obligación, volvieron a 'tirar' de la defensa de tres, situando a Abdoulaye, Tito y Quini en la última línea de un equipo que volvía a poblar el centro del campo y la delantera de efectivos y que volvía a confiar una vez más en el trabajo constructivo de Trashorras y Jozabed, para superar a un rival que llegó a Vallecas con el guión muy bien aprendido. De nuevo Djukic, de nuevo Jémez contra el serbio y de nuevo victoria para el visitante.

    Para explicar lo sucedido esta noche en Vallecas hay que verlo desde dos perspectivas opuestas, desde dos extremos que terminaron juntándose en un despeje que se convirtió en gol para hundir al Rayo. El desarrollo se tradujo en posesiones eternas e inoperantes del cuadro vallecano y en el orden y el concierto del Córdoba, al que le bastó con estar ordenado, jugar en bloque, ser inteligente y apelar a la paciencia.

    Los primeros minutos de encuentro fueron la antesala de lo que el aficionado franjirrojo podía esperar hoy. El Rayo manejaba el balón, el Córdoba esperaba, apretaba tímidamente y buscaba la contra. El primer cuarto de hora se esfumó sin que ninguno pusiera a prueba al contrario, demasiado respeto, demasiada poca cosa para tener en juego tres puntos que ambos habían señalado como muy importantes.

    El primero en romper las hostilidades sería el debutante Bebé, que pondría en apuros a Toño con un lanzamiento lejano de falta. A su intento, el Rayo pondría la réplica por mediación de Alberto Bueno, que remataba a gol un buen centro lateral, pero que no podría celebrarlo al señalarse un inexistente fuera de juego que anulaba su acierto.

    El Rayo mandaba en el juego, manejaba el lento ritmo del encuentro y poco a poco iba creciendo en el partido. Licá, que finalmente había sustituido al lesionado Leo en la punta de ataque, remató de cabeza fuera un buen pase de Jozabed, quedándose a escasos centímetros de rematar, unos minutos más tarde, otro pase lateral, en este caso de Kakuta.

    Entre tanto, el Córdoba seguía armándose de paciencia y confiando en el buen trabajo de Bebé, que remató en dos ocasiones sobre la portería de Toño tras un error en la salida del balón por parte de Quini. Los andaluces apenas inquietaban el área local y poco, muy poco, hacía presagiar lo que ocurriría en el minuto 39. Un contragolpe, un pase al área, un intento de despeje por parte de Abdoulaye y una nueva desgracia para el Rayo. La clave del partido se produjo de la manera más accidentada y menos plástica posible. El central sorprendía a Toño, que no pudo evitar que el Córdoba se pusiera por delante, potenciando su fútbol ultradefensivo para llevarse los tres puntos. 

    Kakuta cerró la primera mitad con un remate al que respondió bien el canterano del Rayo, Juan Carlos, que estuvo a buen nivel bajo los palos de la portería cordobesista.

    La insistencia del Rayo no sirvió para rescatar un punto

    Con la segunda mitad las distancias entre ambos equipos se hicieron mucho más patentes. El Córdoba plantó todas sus líneas por delante del área de Juan Carlos, impidió la movilidad del balón y de los jugadores rayistas y desesperó a un equipo que poco a poco iría perdiendo la fe en la remontada.

    Quini hizo creer en las posibilidades de los de Jémez al estrellar un remate contra el larguero de la portería andaluza, mientras Baena se topaba con Juan Carlos tras un buen remate de cabeza. El Rayo empujaba y el Córdoba se defendía, pero el partido no cambiaba de ritmo. 

    La entrada de Aquino pareció revitalizar algo las llegadas por banda, porque Kakuta, mucho menos resolutivo hoy que en partidos anteriores, ya había arrojado la toalla tras sus intentos por banda derecha primero y por banda izquierda después. Tampoco Alex Moreno, al que sustituiría Aquino, había encontrado el camino por el carril, minimizando las opciones de un Rayo que había puesto a Manucho y Pozuelo sobre el césped para buscar la igualada.

    El angoleño gozó de una gran ocasión tras una buena maniobra dentro del área, pero su remate cruzado no encontró puerta, y tanto Bueno como Pozuelo se repartieron un par de remates con intención que tampoco mejoraron la situación. Un remate de cabeza alto de Bueno en boca de gol y un doble remate que despejó la defensa en el descuento, fueron las últimas opciones de un Rayo que soñaba con acercarse a objetivos lujosos y que dormirá con la pesadilla de ver cómo su objetivo sigue siendo la supervivencia.

     

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