Ficha técnica:

R. Vallecano (1): Toño, Tito, Abdoulaye (A) (Pozuelo, minuto 71), Zé Castro (A), Insua, Baena (A), Trashorras, Bueno, Kakuta, Aquino (Embarba, minuto 75) y Leo (Manucho, minuto 60).

Deportivo (2): Fabricio, Alex Bergantiños, José Rodríguez (A), Lucas (A) (Cuenca, minuto 70), Juanfran, Sidnei (A) (Insua, minuto 89) (A), Luisinho, Cavaleiro, Oriol Riera (Juan Domínguez, minuto 78), Borges y Lopo.

Arbitro: Prieto Iglesias.

Goles: 0-1. Minuto 10. Borges; 1-1. Minuto 22. Alberto Bueno; 1-2. Minuto 72. Borges, de penalti.

Los males del Rayo Vallecano no parecen tener cura. Ni con defensa de tres, ni con cuatro; ni con doble pivote ofensivo, ni alternos; ni con Leo ni con Manucho... el Rayo se ahoga como local. El partido ante el Dépor, ese en el que Jémez esperaba un equipo peleón, entregado, luchador y aguerrido, dejó una sensación de sí, pero no, difícil de explicar. Cierto es que la imagen general del equipo no es de apatía, ni de dejarse llevar, pero también es verdad que hay momentos en los que la sobreactuación con destellos de calidad se queda en un mero intento sin fundamento.

Si a la falta de empaque del Rayo, le sumamos la cordura del Deportivo, si a la falta de acierto rayista, le añadimos los latigazos de los gallegos, el lío es monumental. Y eso que el partido arrancaba con el emocionado y emocionante recuerdo a Wilfred, y eso que el equipo y la afición querían brindar el último adiós a su guardameta, pero ni por esas. Hoy tampoco era la noche del Rayo.

Leo tuvo la primera ante Fabricio pero no acertó, mientras que Borges aprovechaba un despeje en corto de Toño, tras el lanzamiento de una falta, para incendiar el duelo (0-1, minuto 10). El cuadro vallecano arrancaba un nuevo partido en desventaja y debía remar contracorriente para intentar revertir la situación. Esta noche lo consiguió pronto, cuando Alberto Bueno aprovechaba un grave error defensivo de los visitantes para batir a Fabricio con un remate a media altura (1-1, minuto 22).

El Rayo quería combinar, buscaba retomar el mando del partido, pero no encontraba el mejor camino para hacerlo ante un Deportivo que fue valiente y que no se echó atrás ni un metro. Con las líneas bien situadas y con un equipo preparado para competir, los gallegos pusieron en aprietos el portal de Toño que, tras un error de Baena en la salida del balón, realizó dos paradas de auténtico mérito a remates de José Rodríguez y Borges.

Para la segunda mitad el Rayo reservaba sus peores momentos. La ansiedad de la primera parte se transformó en nervios y errores en la segunda y, aunque lo siguió intentando, todo fue en vano. El cuadro de Víctor Fernández avisó con un lanzamiento de Cavaleiro al larguero, mientras que el Rayo acertaba con un golpeo lateral de Kakuta que sorprendía a Fabricio y a la defensa coruñesa, pero que sería invalidado por fuera de juego de Trashorras, que no tocó balón, pero que a juicio del asistente participó activamente de la jugada.

El conjunto vallecano no carburaba en el centro del campo, aunque seguía generando peligro. Alberto Bueno remató completamente solo un balón enviado al punto de penalti, pero Fabricio tapó bien los huecos enviando a saque de esquina. Los franjirrojos parecían tener el partido bajo control, pese a las dudas de Abdoulaye en la salida del balón, más allá de los regates esporádicos, aunque repletos de calidad, de Kakuta y con Aquino desaparecido en la banda.

Un claro penalti cometido por Abdoulaye al agarrar a Lopo dentro del área brindó a Borges la posibilidad de hacer doblete, regalando tres puntos muy importantes a los blanquiazules, que supieron sufrir y trabajaron bien la ventaja hasta el pitido final.