El Rayo Vallecano vive sumido en el antagonismo que presenta su fútbol cuando se viste de local al que ofrece cuando le toca viajar fuera de Vallecas. Los franjirrojos, que jugarán lejos de su estadio, donde tienen su talón de Aquiles, tendrán ante sí esta semana a un rival herido, acorralado y peligroso, tanto por sí mismo, como por su situación extrema. El Elche de Fran Escribá no se le da bien a los vallecanos. Su juego de oportunismo, su paciencia infinita y su disciplina táctica es precisamente lo que más daño hace al fútbol del Rayo. Con Jonathas como jugador más peligroso, el conjunto alicantino espera reeditar lo conseguido en el encuentro de la primera vuelta, en el que sorprendieron a los vallecanos llevándose los tres puntos con un 2-3 que se convertiría en la primera y única victoria que lograrían en los nueve primeros partidos de liga. Los franjiverdes, que tras la victoria del Levante ante el Málaga arrancarán el partido ocupando la última posición de la tabla, consiguieron en sus últimas apariciones vencer de manera consecutiva a Athletic y Levante, aunque posteriormente caerían ante F.C. Barcelona y Granada. Para los alicantinos, el partido ante el Rayo cobra tintes de dramatismo y de final de gran trascendencia, porque una hipotética derrota marcaría su futuro más inmediato, sobre todo teniendo en cuenta que deberán medirse a Eibar y Real Madrid en sus dos próximas comparecencias.
Los de Jémez, por su parte, han tenido una larga semana para 'rumiar' la derrota ante el Deportivo de la Coruña. La locura de los horarios de la liga, con la disputa de un partido en viernes y el siguiente en lunes, provoca que la espera se eternice. Los franjirrojos no han descansado, incluyendo incluso jornadas de mañana y tarde, y con ensayos a puerta cerrada para evitar dar pistas sobre su propuesta en el Martínez Valero. Pese a todo, lo más probable es que el cuadro vallecano se exponga lo menos posible y regrese una jornada más a la defensa de cuatro, con Baena y Trashorras en el cuadro de mandos de un equipo que juega mucho mejor fuera que en casa.
Sin novedades importantes en la convocatoria, y con el recién aterrizado Miku fuera por decisión técnica, el Rayo ha viajado a Elche pendiente de su evolución defensiva tras una semana repleta de conversaciones, vídeos, correcciones y esfuerzo defensivo para alcanzar un equilibrio que, de momento, no está logrando. Que los centrales se junten cuando el juego se vuelca hacia un costado y que el lateral del lado contrario apoye y ayude a la hora de reducir los espacios, es una de las asignaturas pendientes de una zaga que seguirá intentando sacar el balón controlado y que deberá minimizar al máximo los errores en el arranque del juego, para lograr que lo que construye tenga reflejo en la clasificación.
Jémez se queja del "entorno" y asegura no haber tenido nada que ver en el fichaje de Miku
El técnico del Rayo Vallecano casi nunca defrauda cuando se pone frente a los micrófonos y esta semana no iba a ser menos. Jémez afirmó que la llegada de Miku, igual que cuando se decidió fichar a Toño, era una apuesta de Miñambres y su equipo en la que él no había tenido nada que ver. El entrenador vallecano ya hace tiempo que viene afirmando que su trabajo es entrenar y que lo hace con los jugadores que le proporcionen, desmarcándose totalmente de la confección de una plantilla en la que, supuestamente, el entrenador de turno siempre había tenido mucho peso. Este distanciamiento, con Jémez y Miñambres sin haber renovado y con su hipotética salida del club fechada el próximo mes de junio, deja un panorama aparentemente complicado en la relación entre los despachos y los banquillos.
Además, Jémez sigue 'quejándose' de lo que llama el entorno. Para el entrenador vallecano, quienes opinan que el Rayo tiene plantilla para estar más arriba en la tabla y peleando por ocupar una posición más desahogada, equivocan el tiro.
Con esta situación general de desasosiego alrededor del equipo, los Bueno, Leo, Trashorras, Tito y compañía buscarán centrar las miradas en el terreno de juego, dejando las únicas dudas pendientes de resolver para la próxima semana, cuando el equipo vuelva a pasar una nueva reválida, la enésima, ante su propia afición y en su propio estadio, ese lugar donde tanto está sufriendo esta temporada.
