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El Rayo quita razones 'al entorno' y se mete en problemas

Escrito por Lunes, 09 Febrero 2015

    El Rayo Vallecano se empeña en meterse en problemas y lo hace dejando por el camino buena parte del prestigio logrado a lo largo del presente campeonato. Ante el Elche, los de Jémez no encontraron su camino.



    Ficha técnica:

    Elche (2): Tyton, Damián Suárez, Enzo Roco, Lombán, Albacar (A), Pasalic, Adrián, Aaron Ñïguez (Rodrigues, minuto 72), Fajr (A), Víctor (Coro, minuto 89) y Jonathas (Herrera, minuto 87)

    R. Vallecano (0): Toño, Tito, Zé Castro, Amaya (Jozabed, minuto 77) (A), Insua, Baena (A)(A), Trashorras, Kakuta, Aquino (Alex Moreno, minuto 45), Bueno (A) (Manucho, minuto 70) y Leo Baptistao (A).

    Arbitro: Teixeira Vitienes.

    Goles: 1-0. Minuto 20. Damián Suárez; 2-0. Minuto 82. Rodrigues.


    Mal partido, mal resultado, mala imagen... el Rayo se dejó en el Martínez Valero gran parte del prestigio ganado a pulso, de la fama de valentía, de buen fútbol y de osadía que consiguió atesorar en la primera parte ante el Villarreal hace exactamente una vuelta completa de liga, o en el Calderón o incluso en diversas fases ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Ante el Elche, colista de la competición, los de Jémez fueron un equipo sin alma, plano y muy previsible, terminando a merced de un rival que pudo conseguir una victoria incluso más amplia que el 2-0 final.

    Como se esperaba, el conjunto vallecano volvió a aparecer con defensa de cuatro hombres. Tito e Insúa se encargaron de las bandas, mientras Zé Castro y Amaya, que entraba en lugar del sancionado Abdoulaye, intentaban cerrar el centro. El resto del equipo, el esperado, sin novedades y con la esperanza de reencontrar el fútbol que tanto está echando de menos en algunos partidos. Lo que antes solo ocurría en Vallecas, hoy también sucedió lejos de casa.

    El Elche arrancó el partido muy metido, peleón, presionante e intenso y, aunque costó que cayeran las primeras ocasiones de peligro en ambas áreas, cuando tuvo una la terminó materializando para agudizar mucho más la crisis de identidad de los rayistas. Un desequilibrio defensivo habilitaba a Aaron Ñíguez en el segundo palo para rematar un balón que terminaría cayendo en las botas de Damián Suárez, que anotó el gol de su vida. El zapatazo del defensor franjiverde se convirtió en un misil imparable para Toño, permitiendo que los de Escribá rediseñaran el partido a su gusto para doblegar a un desdibujado Rayo.

    El cuadro vallecano lo intentaba sin mucha fe. Aquino estaba desaparecido en su banda, obligado a retroceder muchos metros ante las llegadas de los laterales locales, y otro tanto le ocurría a un Kakuta que al menos ofrecía sus intermitentes destellos cuando recogía el esférico. El control del juego no era de Trashorras y el Rayo no encontraba la manera de superar el bloque de un Elche que confiaba en su delantero tanque, el brasileño Jonathas. Un saque de esquina lanzado por Albacar y rematado por Lombán fuera y un posterior intento de Jonathas, completamente solo ante Toño, pudieron sentenciar un partido que no pintaba bien para un Rayo que se desquiciaba por momentos.

    La segunda mitad, gracias principalmente a la incorporación de Alex Moreno en sustitución del mexicano Aquino, pareció dirigir el choque a un terreno desconocido hasta ese momento. El desborde del catalán, su velocidad y desequilibrio hacían estragos en la defensa alicantina, aunque sus intentos morían una y otra vez en las inmediaciones del área de Tyton. 

    El arranque del segundo período ofrecería el primer destello de un aparentemente renacido Rayo Vallecano. Alberto Bueno remataba por primera vez entre los tres palos, salvando el cancerbero polaco del Elche. Esta acción llevó el partido a un ida y vuelta que solo parecía favorecer a los levantinos. Fajr sorprendía a Toño con un 'centro-chut' que pasaba entre el cancerbero y el poste recorriendo toda la portería sin encontrar rematador y un minuto más tarde era Trashorras quién ponía la réplica con un remate desde la frontal, centrado y sin oposición, que se marchó desviado.

    Con el choque totalmente abierto, el Elche encontró muchos más huecos para desplegar el contragolpe y así pudo llegar la puntilla. Una rápida acción en la que cuatro atacantes avanzaron contra dos defensores fue mal culminada por Pasalic, perdonando la vida a un Rayo que se 'auto-liquidó' cuando Raúl Baena fue expulsado. El error del centrocampista, protestando airadamente una decisión del colegiado, cuando apenas unos minutos antes había recibido una amarilla por cometer falta en el centro del campo, fue imperdonable. Ahí se acabó el Rayo, que siguió sufriendo con el balón en los pies, sin encontrar una salida, y cuando tenía que correr tras el rival, que jugó de manera muy inteligente.

    La falta de contundencia en la presión sobre Rodrigues, que se había incorporado al partido en la segunda mitad, permitió al jugador ilicitano superar a la defensa con una acción individual, una  pared y un remate que suponía el 2-0 definitivo, a falta de ocho minutos para la conclusión.

    El Rayo se hundía, quitando razones a aquellos que, durante buena fase de la temporada, pensaron que esta plantilla tenía nivel suficiente para estar más arriba de lo que actualmente se encuentra. El 'entorno', como lo califica Jémez, vio cómo sus argumentos se diluían en un mal partido de un Rayo que con esta nueva derrota ve peligrar la tranquilidad que tenía semanas atrás. Mal partido, mal resultado, mala imagen... y adiós al 'glamour' y las buenas palabras. Llega el momento de la pelea, ¿todos preparados?

     

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