Ficha técnica:

R. Vallecano (2): Toño, Tito, Amaya (A), Zé Castro, Nacho (Morcillo, minuto 77), Fatau (A), Jozabed, Bueno, Kakuta, Licá (Alex Moreno, minuto 72) y Leo (Manucho, minuto 62).

Villarreal (0): Asenjo, Mario, Víctor Ruiz, Dorado, Rukavina, Pina (A) (Trigueros, minuto 59), Marcos, Campbell (A), Moi (Cheryshev, minuto 56), Gerard y Giovani (Vietto, minuto 56)

Arbitro: Pérez Montero.

Goles: 1-0. Minuto 50. Bueno; 2-0. Minuto 68. Kakuta.

El Rayo Vallecano ha conseguido esta tarde reconciliarse con su afición, sumar tres importantes puntos, dar valor a su fútbol y derrotar a un aspirante a Champions que, en Vallecas, se quedó en mero aspirante. El conjunto de Paco Jémez, que revolucionó la lista de convocados y que retocó su 'once tipo' en busca de frescura, fue de menos a más para terminar superando a lo grande a un Villarreal que buscó el fútbol directo y la velocidad de sus puntas como solución a su falta de creatividad.

El Rayo afrontó el choque con caras nuevas. Nacho ocupó la banda izquierda, Licá regresó al extremo, Fatau hizo de cortafuegos, mientras Jozabed dirigió las hostilidades. En defensa, junto a Nacho y Tito se situaron Amaya y Zé Castro, que estuvieron a buen nivel y que supieron contrarrestar el gran potencial de los de Marcelino en ataque.

El partido en su primera mitad fue un quiero y no puedo de ambos equipos, que se tradujo en situaciones de ataque aisladas y, salvo en contadas ocasiones, escasas del peligro necesario como para encender la mecha de un duelo que se debatía entre la verticalidad de los amarillos y el control de los franjirrojos.

Pese al férreo control de la defensa vallecana, con la ayuda de Fatau por delante, Giovani gozó de un par de ocasiones claras para haber abierto el marcador. En la primera Amaya llegaría al corte tras una buena acción del mexicano, mientras que en la segunda el buen criterio de Toño aguantando el tipo y cerrando los huecos, evitó males mayores para la zaga vallecana. En ataque el Rayo buscaba los envíos al área para el remate de Leo o las llegadas en segunda línea de Alberto Bueno. Licá trabajó bien, también lo intentó Kakuta, y el Rayo veía que su objetivo no estaba demasiado lejos.

Con la segunda mitad llegaría la explosión definitiva del Rayo. Primero porque, gracias al gol de Alberto Bueno a los cinco minutos, su ansiedad se tradujo en frescura y moral, y después, porque el Villarreal viéndose con la soga al cuello dejó algunos huecos de más, propiciando el desahogo local. Bueno, que acertó con la portería para abrir el marcador, fue el primero en presionar la salida del balón de los castellonenses, contagiando a sus compañeros de un espíritu de lucha y entrega que llevó al equipo a situarse un escalón por encima de un Villarreal que parecía tener la cabeza puesta en la Copa del Rey o en la Europa League más que en su encuentro de hoy.

Para redondear la tarde, una buena acción de Licá sería rematada por Kakuta para cerrar el marcador (minuto 68) y, aunque Vietto, que había entrado en la segunda mitad, tuvo ocasiones claras para batir a Toño, el Rayo se sintió cómodo con el balón en los pies. Un remate de Manucho y otro de Jozabed, bien detenidos por Asenjo, pondrían el broche definitivo a un partido que sirvió para reencontrarse con la victoria como local, algo que no sucedía desde noviembre, y para dar un vuelco a una situación que empezaba a preocupar por Vallecas.