Fueron los grandes protagonistas. Alberto Bueno y "su" balón acapararon todas las miradas durante y después del partido entre el Rayo Vallecano y el Levante, con el que el ariete madrileño pasó al a historia del conjunto franjirrojo al convertir cuatro goles en apenas catorce minutos. A la conclusión del choque, las cámaras, los micrófonos, los cánticos de los aficionados y los flashes de las cámaras apuntaban a él, a ellos. Alberto Bueno, con infinita paciencia atendió a todos los que nos acercamos con la intención de arrancarle unas palabras al héroe de la noche, ese héroe que abandonó el estadio de Vallecas con la mayor sonrisa posible y rodeado de decenas de aficionados que le esperaron para estar junto él, junto a ellos. Alberto Bueno y su balón, firmado por todos los que día a día comparten con él su experiencia en el Rayo, emprendieron el regreso a casa con una gran sonrisa.