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El maestro apabulla a su alumno más aventajado

Escrito por Domingo, 08 Marzo 2015

    El Rayo Vallecano salió goleado un año más de su visita al Camp Nou. Los de Jémez, que jugaron sin mediocentro defensivo, aguantaron meritoriamente durante cuarenta y cinco minutos, para acabar apabullados por un rival muy superior.


    F. C. BARCELONA 6 - RAYO VALLECANO 1


    Ficha técnica:

    F. C. BARCELONA (6): Claudio Bravo, Piqué, Xavi, Pedro, Iniesta, Luis Suárez, Messi, Mascherano (A) (Rakitic), Jordi Alba (Adriano), Alves y Mathieu.

    RAYO VALLECANO (1): Cristian Alvarez, Tito (A)(A), Abdoulaye, Amaya, Insua, Jozabed (Quini), Trashorras, Licá (Aquino), Bueno, Kakuta y Leo (Manucho).

    GOLES: 1-0. Minuto 5. Suárez; 2-0. Minuto 48. Piqué; 3-0. Minuto 56. Messi, de penalti; 4-0. Minuto 62. Messi, 5-0. Minuto 68. Messi; 5-1. Minuto 81. Bueno; 6-1. Minuto 89. Suárez.


    No hay discusión posible, ni vara de medir, ni opciones... el Barcelona está, como siempre, a años luz del Rayo Vallecano. Se juegue al ataque más alocado, a la contención, al 'tú a tú' o al quédate con todo que yo me conformo con las migajas, los de Jémez, por mucho que se empeñen, son la sombra aventajada de un maestro que además de saber qué hacer con un balón en los pies, tiene la capacidad para materializarlo y sacar el máximo rendimiento posible.

    Si a la calidad grupal de los de Luis Enrique se suma la individual de cada una de sus superfiguras, al Rayo lo que le queda es correr detrás de un balón imposible, pelear hasta el final por tener protagonismo, defender como pueda las acometidas de su rival, esperar su falta de acierto o una buena acción defensiva, rezar para que pasen los minutos de agobio y sufrir con el balón en los pies. Habitualmente el equipo de Jémez disfruta dominando, en campos como el Camp Nou un balón es un sufrimiento.

    Puestas sobre el tapete las evidentes diferencias entre unos y otros y sin querer sustituir el abogado defensor del entrenador del Rayo -que lo tendrá-, lo del Barcelona es por momentos de otra galaxia. Iniesta, Xavi, Pedro, por supuesto Luis Suárez o los destellos eléctricos de Messi convierten a los blaugranas en un rival imposible de parar, ni con defensa de tres ni con defensa de veinte. Da igual.

    En cualquier caso, el Rayo lo intentó y aguantó el primer tiempo sin una herida que sangrase demasiado. Lo conseguido por los franjirrojos fue muy meritorio, puesto que a los cinco minutos ya se veían por debajo en el marcador. Marca pronto y tendrás el camino mucho más despejado debió pensar Luis Enrique. A partir de ahí, el cuadro franjirrojo intentó imponer su fútbol ante un Barcelona que sabe perfectamente qué hacer con el balón en los pies, imprimiendo una velocidad endiablada a sus acciones en los últimos metros. Así, los balones interiores buscando la espalda de los centrales y laterales, fueron la tónica de un partido en el que el Rayo buscó con algún lanzamiento lejano inquietar a un Claudio Bravo que estuvo seguro en las escasas acciones en las que se le exigió intervenir.

    En el área contraria, el argentino Cristian Alvarez se convertía en el hombre del partido para los franjirrojos. Varias manos salvadoras y unos contra uno desbaratados por su velocidad y buena colocación evitaron que los catalanes agrandasen la brecha en el marcador abierta por el uruguayo Luis Suárez. Kakuta, discontinuo, Alberto Bueno, desasistido; Licá, desaparecido y Leo, lento, poco pudieron hacer para meter el miedo en el cuerpo a un equipo que supo tener paciencia para destrozar a su alumno más aventajado. Un par de remates lejanos de los franjirrojos, varios saques de esquina y algún que otro lanzamiento de falta desde la frontal fueron las opciones de un Rayo que jugaba sin mediocentro defensivo, con Trashorras y Jozabed en el centro y que recuperaba a Insua, que estuvo a muy buen nivel, y a Abdoulaye como compañero de Amaya.

    La segunda mitad fue un vendaval blaugrana que barrió por completo al Rayo

    El segundo período no tuvo color, o si tuvo uno fue el azulgrana. Un segundo gol a los tres minutos de reiniciado el partido, anotado por Piqué, ponía las cosas claras sobre el césped. Un penalti cometido por Tito y anotado por Messi, que erró en primera instancia pero tuvo la oportunidad de volver a lanzar, sentenciaba definitivamente el choque, sobre todo porque el lateral era expulsado y el Rayo se quedaba con diez jugadores con los que parar el vendaval que se les venía encima. El argentino cazaba un rechace para anotar el cuarto y redondeaba su 'hat-trick' al regatear a Cristian Álvarez en el quinto de la mañana para el Barcelona.

    Al Rayo no le duraba el balón en los pies sufría y sufría para recuperarlo y se veía abrumado en las inmediaciones del área. Aún así, en un arreón de rabia, Alberto Bueno logró de penalti que los vallecanos no se volviesen de vacío a Madrid, mientras que Luis Suárez cerraba la cuenta que abriera para los suyos en la primera mitad. El gol de Bueno fue un premio menor a la apuesta del Rayo, a sus ganas y a su esfuerzo, reconocido por el propio técnico franjirrojo a la conclusión del encuentro.

     

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