Tan complicado como bonito de ver, tan inusual como espectacular, tan fubtolístico. Ver, vivir y sentir el fútbol desde el corazón de este deporte, desde dentro de las aficiones, desde ese lugar en el que late la pasión por unos colores, por un escudo, por un barrio, pueblo o ciudad: las aficiones. 

Lo que pudimos contemplar y compartir ayer en Eibar fue una auténtica fiesta del fútbol, una fiesta del fútbol con mayúsculas. Eibar se convirtió en el mejor ejemplo de lo que debería ser este deporte: hermandad, sintonía, compartir espacios, cánticos, bufandas y camisetas... Eibar y Vallecas hermanadas por el amor a dos equipos tan humildes como grandes, enormes, gracias a ellos.

Desde las primeras horas del viernes con la llegada de varios cientos de seguidores franjirrojos, la localidad eibarresa fue cobrando vida para convertirse en un hervidero de camisetas, bufandas y emblemas de ambos equipos. Todos juntos, congregados en una plaza y a las puertas de uno de los locales de copas de Eibar, vivieron las horas previas con una alegría y un 'compañerismo' impropio de estos tiempos futboleros que vivimos.

Durante el partido la sintonía siguió sin alterarse. "Es de Primera, el Eibar es de Primera", cantaban los vallecanos; "Tebas vete ya", compartían unos y otros, para finalizar con una "Vida pirata" compartida por las aficiones de ambos equipos, poniendo colofón a una fiesta que había durado un día, pero que tiene visos de convertirse en un acontecimiento anual (siempre que ambos equipos compartan categoría, por descontado).

Enhorabuena a ambas aficiones por saber disfrutar de un día de fútbol y por hacerlo mucho más grande.