Opinión. Aquí vuelvo con una de aficiones, otra vez, aficiones unidas, aficiones hermanas, aficiones que saben lo que supone sufrir, lo que es vivir en el fango del fútbol, lo que significa la Segunda División y la Segunda División B, donde curiosamente cruzaron sus caminos para siempre. Para el rayismo, Eibar siempre tendrá un significado especial. Allí se vivió el momento más espectacular que se pueda dar entre unos jugadores con aspiraciones de jugar en categoría profesional y una afición que merecía ver a los suyos codeándose con equipos de una categoría superior. Un gol, un maldito gol, dejó sobre el césped de Ipurúa un reguero de seguidores y jugadores fundidos en un abrazo eterno, humedecido por miles de lágrimas derramadas por un sentimiento imposible de explicar con palabras... porque "nosotros somos el Rayo".

Este canto al fútbol modesto en el fútbol de las estrellas no es más que una reivindicación, un grito al cielo en el que únicamente parecen vivir los Messi, Cristiano, Neymar, Bale y compañía, el aire fresco que sirve de llamada de atención a los que manejan este fútbol moderno como un negocio sin sentimiento. Eibar y Rayo son el ejemplo más claro de lo que debería suponer este deporte y, por desgracia, son la excepción que confirma la regla.

Vaya por delante, una vez más, mi admiración y mi repetida pasión por el fútbol del norte de España, por el ambiente de San Mamés, de Anoeta y, por supuesto, de Ipurúa. No puedo negar, ni quiero, que siempre soy bien recibido como rayista y que esos lugares, Bilbao, San Sebastián y Eibar se han convertido, por diversas razones, en mi segunda casa y en la de muchos más aficionados vallecanos que reciben todo el cariño en sus desplazamientos.

Es una gozada, un espectáculo y algo digno de ser vivido el mutuo respeto que se respira entre las gentes de una y una "Agrupación" y "Sociedad" deportiva y ojalá que el año que viene volvamos a vernos en el camino.

Más allá de esto queda lo de siempre y, a modo de más reivindicación, los horarios (poniendo el Eibar - Rayo en viernes, en esta ocasión festivo, menos mal), la falta de respeto a aficionados y entidades pequeñas, siempre maltratadas para favorecer a los más grandes, aunque en este canto al "Esto es fútbol", no me voy a extender ni voy a recordar a un Tebas al que en todo el país futbolístico le pide que se marche de una vez por todas.

Valga como resumen de mi recuerdo a la gente de Eibar que "en Vallecas siempre sois bien recibidos" y que, aunque pasen mil años, Eibar siempre significará para el Rayo el comienzo de una historia inalterable que deparó los mejores momentos vividos entre hinchada y jugadores que se recuerden en la historia de nuestro fútbol, el fútbol modesto. Porque "Esto es fútbol", pese a quien pese.