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Un nuevo empate deja al Rayo sin objetivos

Escrito por Domingo, 03 Mayo 2015

    El Rayo Vallecano empató por segunda jornada consecutiva dejando por el camino sus últimas opciones de asaltar el séptimo lugar de la tabla. Insua marcó el gol vallecano.



    Ficha técnica:

    R.C.D. ESPANYOL (1): Casilla, Arbilla (A), Duarte (A), Cañas (A)(A), Moreno, Lucas Vázquez, Víctor Sánchez (A), Moreno, Montañés (Salva Sevilla, minuto 64), CAicedo (Stuani, minuto 48) y Sergio García.

    RAYO VALLECANO (1): Toño, Tito, Morcillo, Zé Castro, Insua, Baena (Jozabed, minuto 71), Trashorras, Embarba, Alex Moreno (Licá, minuto 82), Bueno y Miku (Manucho, minuto 60).

    ARBITRO: Teixeira Vitienes.

    GOLES: 0-1. Minuto 28. Insua; 1-1. Minuto 80. Moreno


    Paradojas de la vida, un Rayo que nunca empata, que siempre juega sus opciones a 'vida o muerte', que no especula con el marcador, con los puntos o con sus posibilidades en un partido, ese Rayo ha dicho prácticamente adiós a sus opciones de alcanzar el séptimo lugar de la tabla tras cosechar dos empates consecutivos ante el Valencia en mitad de semana y frente al Espanyol esta mañana en Cornellá.

    Los de Paco Jémez afrontaron el choque con los pericos con varias novedades en la convocatoria y en el once inicial. La entrada de Miku en punta de ataque era reforzada con las de Alex Moreno e Insua en banda y con el regreso de Raúl Baena, que volvió a terminar 'tocado' una jornada más. Enfrente, el Espanyol de los 'Sergios' también presentaba caras nuevas para buscar frescura y contundencia en ataque, con la intención de sumar tres puntos que les posicionaran en ventaja en la lucha por un puesto que podría tener el premio extra de Europa la próxima campaña.

    El Espanyol salió más enchufado, mejor posicionado y con las ideas más claras al partido. La primera media hora sería claramente de los locales, que imponían su presión en el centro del campo, maniatando a Trashorras y Baena, y que buscaban la potencia física de Caicedo y la magia de Sergio García para inquietar a Toño. El 'tanque' Caicedo rozó el primer gol a los seis minutos con un disparo con pierna izquierda que pasaría junto al poste de la portería vallecana. Este primer aviso sería refrendado por Arbilla que, con un magistral lanzamiento de falta, hizo temblar el larguero y rozó posteriormente el poste de la puerta defendida por Toño. Eran los mejores momentos de un Espanyol que tenía a merced a su rival, que buscaba las salidas de Embarba y Alex Moreno como recurso para quitarse de encima la mejor disposición de los catalanes.

    Insua marcó su primer gol y cambió el rumbo del partido

    El fútbol tiene estas cosas. Cuando mejor estaba el Espanyol y peor el Rayo llegó la jugada que cambiaría definitivamente el rumbo del encuentro. Insua salió por el centro, se apoyó en Alberto Bueno -que hasta ese momento apenas había aparecido- y se plantó solo ante Casilla para batirle en su salida. El Rayo cobraba ventaja y el Espanyol tenía que cambiar su discurso en el partido para intentar recuperar el terreno perdido.

    Con el cambio de planteamiento, los locales perdieron el sitio y el Rayo se sintió mucho más cómodo. El balón duraba más en las botas de los rayistas, mientras que los blanquiazules empezaban a perder el sitio y la verticalidad mostrada hasta el momento. Era el escenario ideal para sentenciar, pero el Rayo no estuvo acertado en esa faceta, con Miku muy poco participativo y con escasos remates a gol. Una llegada por la izquierda obligó a un defensor 'perico' a sacar bajo palos en el arranque de una segunda mitad en la que el Rayo se encontró a sus anchas.

    El Espanyol no manejaba con inteligencia el balón y buscaba con exceso de premura llegar al área contraria, mientras que los franjirrojos amasaban cada jugada para desesperación local. Además, el juego entró en una dinámica de faltas continuas e interrupciones constantes que únicamente favorecían a los intereses de los de Jémez, desquiciando a los espanyolistas, que veían cómo se esfumaban sus opciones de asaltar a Málaga y Athletic.

    Pero de nuevo nos encontramos con los detalles de un deporte que se nutre de este tipo de acciones. Un centro lateral, un intento de remate de Stuani que no toca el balón, Toño que no alcanza a despejar y el balón que supera a todos para situar las tablas en el marcador. Así de "sencillas" y así de especiales son las circunstancias del fútbol. A partir de ahí, el Espanyol lo intentó con sus escasos medios mientras el Rayo buscaba los 'balonazos' a Manucho y el acierto de alguno de sus hombres de ataque para devolver todo a su estado anterior, aunque nada cambiaría. Baena se retiró lesionado y Jozabed, su sustituto, apenas pudo contribuir a recuperar el equilibrio de un equipo que ya no aportó nada más en ataque y que tuvo que sufrir los 'empujones' de un Espanyol que llegó con más corazón que cabeza. Con este empate el Rayo dice prácticamente adiós a sus opciones europeas y ahora solo quedará cerrar la temporada con la dignidad intacta y con el mayor número de puntos posible.

     

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