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Victoria por KO ante un Getafe sin espíritu

Escrito por Lunes, 11 Mayo 2015

    El Rayo Vallecano derrotó a un Getafe que llegó a Vallecas buscando un punto que les diera tranquilidad y que terminó siendo derrotado por un Rayo que aprovechó destellos aislados para sumar tres nuevos puntos.



    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (2): Cobeño, Tito, Zé Castro, Amaya, Insua (A), Baena, Trashorras, Embarba (Aquino, minuto 45) (R), Kakuta, Bueno (Pozuelo, minuto 68) y Manucho (A) (Miku, minuto 60).

    Getafe (0): Guaita, Alexis (A), Roberto Lago (R), Velázquez, Lacen, Pedro León, Diego Castro, Escudero (Sarabia, minuto 60) (A), Juan Rodríguez (Babá, minuto 75), Freddy y Vigaray (Arroyo, minuto 87).

    Arbitro: Pérez Montero.

    Goles: 1-0. Minuto 28. Manucho; 2-0. Minuto 73. Miku.


    El Rayo Vallecano logró imponerse a un Getafe que llegó a Vallecas sin ganas de pelea, pero que terminó repartiendo a diestro y siniestro, como si de verdad le fuera la vida en ello. El Rayo, que vivió cómodamente y sin sobresaltos durante una hora por la pasividad del rival, tuvo que echar mano de las dos gratas sorpresas de la noche para salvar la situación. 

    El derbi sin glamour de Madrid, el que no acapara portadas, el que a Jémez no le parece un derbi, el que no decide ligas ni Champions, casi no pareció un derbi. Fue un partido tonto, soso, sin picante, en parte porque unos, por mucho que quieran aferrarse a un sueño europeo que más que un sueño es una quimera, no tuvieron la garra y el empuje de antaño, y en parte porque los otros, por mucho que todavía no tengan las matemáticas como tabla de salvación, tienen más que claro que su situación es privilegiada respecto a los que vienen con el agua al cuello por detrás. Por unos y por otros, el Rayo-Getafe de hoy no pasará a la historia de los derbis, ni por rivalidad ni por fútbol, aunque para alguno, como el caso de Aquino, pueda haber supuesto su última aparición con la camiseta franjirroja.

    Futbolísticamente hablando, el Getafe fue un equipo sin alma, temeroso, muy echado atrás y que dejó hacer a su rival. Su intención era claramente amarrar un punto y aprovechar algún error de los vallecanos para sumar tres. Eso que tanto han aprovechado otros rivales a lo largo de la temporada. Por su parte, el conjunto franjirrojo era el que mandaba, el que dominaba la situación y el que se sentía netamente superior. Con este panorama la victoria podía parecer sencilla para los vallecanos, pero les mató el ritmo. Su juego denso, espeso y demasiado previsible se encontraba una y otra vez con el bloque defensivo de un Getafe que pasó por ser uno de los peores equipos que han visitado esta temporada el Estadio de Vallecas. Los continuos lanzamientos en largo en busca de los delanteros, su falta de centro del campo, su poca agresividad en la recuperación del balón y la inexistencia de un líder que amasara tanto despropósito llevó el duelo a los destellos de calidad de los rayistas. Así Kakuta se lucía en acciones individuales, Embarba explotaba su velocidad por el otro costado y, mientras Manucho se peleaba con toda la defensa y Bueno ensayaba remates inverosímiles, Trashorras dominaba el juego y Amaya, una de las grandes sorpresas del tramo final de liga, se lucía en cada acción. El central estuvo impecable, rápido y seguro, dejando a un lado unas molestias físicas que parecían haber anticipado su adiós a la temporada.

    Para mayor gloria de las decisiones de Jémez, cuando el Getafe quiso apretar y se acercó a la portería local, se encontró con la segunda gran novedad de la noche: David Cobeño. El técnico franjirrojo decidió dar un premio al capitán del Rayo, a un portero que ha sabido convivir con su eterna suplencia toda la temporada y que ha trabajado desde el primer al último día para conseguir una noche de lucimiento. Poco trabajo tuvo, pero lo solventó con nota.

    La primera parte fue bastante anodina, con el Getafe atrás y el Rayo intentando acercarse a la portería de un Guaita que, tras los intentos de Manucho, Bueno y Trashorras, vería como el cuadro franjirrojo se adelantaba en el marcador gracias a un gol del angoleño que ponía en ventaja al único equipo que había intentado algo hasta entonces.

    Para el segundo tiempo, la entrada de Aquino cambió de banda a Kakuta, que siguió haciendo de las suyas, y con el Getafe más volcado en busca del empate, los huecos propiciaron continuas salidas al contragolpe de un Rayo con 'instinto asesino'. Escudero y Pedro León sacaron lo mejor de Cobeño con dos disparos a los que el cancerbero respondió con sendos paradones para deleite de la grada y en los mejores momentos de los azulones llegaría el gol anulado a Juan Rodríguez por fuera de juego. Los getafenses protestarían la tardía decisión del colegiado, aunque reconocieran la ilegalidad del tanto. Poca consistencia.

    Tras la incorporación de Pozuelo, el equipo vallecano logró mayor verticalidad en sus acciones, culminando un triángulo mágico entre Trashorras, Bueno y Miku con un gol de bandera que terminó por dejar al descubierto las "vergüenzas" de un Getafe que perdió los nervios y los papeles con acciones más dignas del patio de un colegio que de un partido de las estrellas de la Primera División española. Una vergonzante pelea entre Roberto Lago y Aquino acabó con ambos en los vestuarios antes de tiempo, mientras Miku se las veía con alguno de los jugadores de un Getafe que no supo encajar la derrota con deportividad y que terminó, un año más, mostrando su peor cara en Vallecas: la futbolística y la otra, que también la tiene. El Getafe finalmente se salvará, pero si fuera por lo exhibido esta noche merecería estar por detrás de equipos que, con pocas armas, supieron llevarse la victoria de Vallecas, como el Córdoba o el Deportivo, por ejemplo.

    El Rayo, que con esta victoria alcanza los 46 puntos, se aferra a las mismas matemáticas que no sirven a los azulones, para pregonar que mientras los números digan que hay opciones, lucharán por ser séptimos y alcanzar ese sueño que nuevamente se escuchó a gritos en Vallecas: "El año que viene... Rayo - Liverpool". 

     

     

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