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Las adversidades superaron al Rayo

Escrito por Domingo, 30 Agosto 2015

    El Rayo Vallecano cayó ampliamente derrotado en su visita a Balaídos (3-0) en un partido que se le complicó con la expulsión de Toño, la lesión de Zé Castro y el estado de gracia de Nolito y Aspas. El mejor, el meta Juan Carlos.



    Ficha técnica:

    Celta (3): Sergio, Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny (A) (Planas, minuto 70), Wass (Radoja, minuto 84), Augusto Fernández (A), Hernández (Guidetti, minuto 78), Orellana, Nolito y Aspas.

    Rayo Vallecano (0): Toño (R), Nacho, Zé Castro (Amaya, minuto 25), Llorente, Quini, Trashorras (A), Baena, Ebert, Lass, Bebé (Juan Carlos, minuto 10) y Manucho (A) (Miku, minuto 71).

    Arbitro: Martínez Munuera.

    Goles: 1-0. Minuto 10. Nolito; 2-0. Minuto 50. Nolito; 3-0. Minuto 88. Fontás.


    Cuando el mejor de un equipo es el portero, que además era suplente, y caes derrotado por un amplio 3-0, quizá haya demasiadas cosas que explicar. El Rayo, que no tuvo su mejor noche ante el Celta en Balaídos, se encontró con todo en contra desde el arranque del partido y, desde entonces, estuvo a merced de un rival que pudo haber conseguido otra goleada histórica, como ya ocurriera el año pasado. Los más prácticos dirán que el Celta fue mejor y que el Rayo estuvo lejos de ofrecer su mejor versión, cierto. Otros quizá se contenten con la entrega, el pundonor y las intenciones de un equipo marcado por las adversidades de un inicio poco propicio para sus intereses. También acertado. Pero habrá quien busque más explicaciones a un 3-0 que bien pudo terminar en 'un saco' de no ser por un inspirado Juan Carlos, que tuvo una actuación sobresaliente.

    Para explicar bien lo sucedido esta noche en Balaídos deberíamos empezar por el principio. Tito no superó la prueba de confianza a la que fue sometido y su ausencia definitiva fue cubierta por Quini, que cerró una línea defensiva idéntica a la que mantuvo el orden ante el Valencia en la primera jornada de liga, es decir, Zé Castro, Llorente y Nacho. Sin novedades en el cuadro de mandos del equipo, con Baena y Trashorras, la revelación de las intenciones de Jémez llegó por la banda derecha, con la entrada de Lass, y la media punta, ocupada por Ebert. Bebé y Manucho completaban un once que parecía de garantías, pero que empezaría a sufrir desde muy pronto.

    El partido cambió de rumbo cuando Wass encontró la puerta abierta entre los centrales para encarar a Toño que, en su desesperada salida, rozaba al delantero celtiña dentro del área con resultado de penalti y expulsión. Apenas se habían cumplido diez minutos de juego y ya nada era como se esperaba. Bebé dejaba su sitio para un Juan Carlos que ocupó con gran acierto el lugar de un Toño que no podrá jugar ante el Deportivo la próxima jornada. Nolito, autor del pase en profundidad para Wass, que propiciaba la acción que rompería el partido, no tuvo piedad del alcarreño, al que batía para subir el 1-0 al marcador.

    Con un hombre menos y con el cambio de rol de alguna de las piezas de Jémez, el Rayo empezó a perseguir sombras y a sufrir, principalmente con la aparición de dos hombres: Nolito y Aspas. La picardía, inteligencia y calidad del primero, junto al oportunismo y la velocidad del segundo, empezaron a hacer tambalearse a un equipo que pareció su propio 'negativo'. La posesión de balón era totalmente de los locales, que empezaron a acumular ocasiones de gol y que hicieron trabajar, y bien que lo hizo, al cancerbero Juan Carlos. Nolito remató, dio asistencias a Aspas, creó y generó mucho peligro. A nadie le puede sorprender el interés del Barcelona o de cualquier otro "superclub" por hacerse con sus servicios. Con espacios y con un Rayo desnivelado, aunque valiente en su presión, los estragos pudieron ser espectaculares.

    Con todo en contra, el Rayo vería como su mala fortuna seguía aumentando cuando Zé Castro debía abandonar el terreno de juego por lesión antes de la media hora de juego. Su sitio lo ocupó Amaya, que cumplió trabajando en la anticipación para cortar numerosas acciones de ataque de los de Berizzo. Por su parte, Jémez veía como sus posibilidades de maniobra se veían reducidas a 'cero'. Diez jugadores, gol en contra, central lesionado y dos cambios realizados en apenas veinticinco minutos no dejaban demasiado margen para ser optimistas. Si a todo esto le sumamos la insistencia del Celta por lograr más ventaja, todo empezaba a encajar.

    De ahí al descanso, más de lo mismo. Aspas lo volvería a intentar en otras tres claras ocasiones, mientras Trashorras-Baena apenas se enteraban de nada, Ebert no existía, Lass corría y corría para ser el más 'ruidoso' de un ataque en el que Manucho fue un islote que pasó totalmente desapercibido.

    La segunda mitad no pudo comenzar peor para los intereses de un Rayo que se había visto superado por todas partes en el primer acto. Un remate de Nolito a los cinco minutos de la reanudación a pase de Pablo Hernández situaba el 2-0 en el marcador y dejaba visto para sentencia el choque. 

    Pese a todo, el Rayo quiso ser fiel a su estilo y buscó presionar en campo contrario, permitiendo grandes espacios en el centro que serían bien aprovechados por los gallegos. Orellana buscó su gol, sin fortuna, mientras empezaban a fallar las fuerzas de un Rayo que seguía corriendo para recuperar balones ante un equipo que terminó doblando el número de pases de los vallecanos, sin hablar de la posesión (65% del Celta y 35% del Rayo, ver para creer).

    Con todo el pescado vendido, Jémez reemplazó a Manucho por Miku, dotando al equipo con algo más de presencia ofensiva, al cubrir mejor los espacios que el angoleño no sabía ni podía acometer. Un buen pase del venezolano sería rematado fuera por Lass, mismo resultado que obtendría unos minutos más tarde Nacho, con un disparo lejano que no encontró la portería de Sergio.

    Para cerrar la noche, una falta cometida por Trashorras en el costado derecho del área defendida por Juan Carlos y que le costó al gallego una tarjeta amarilla, terminaría con un remate junto al palo de Fontás tras jugada ensayada que no supo leer la defensa franjirroja. El 3-0 final reflejaba lo vivido en una noche en la que todo se puso en contra de un Rayo que ya debe estar olvidando lo sucedido esta noche para centrarse en lo que ocurrirá dentro de dos semanas. Entre medias, cierre de mercado de fichajes, trabajo y más trabajo.

     

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