Cuando hace un año desde el club le comentaron a Paco Jémez la posibilidad de fichar a Toño, veterano portero que se sumaría a la dupla formada por Cristian Alvarez y Cobeño, el técnico no se imaginaba que lo que por aquel entonces era una rareza, finalmente se iba a terminar convirtiendo en una necesidad, una norma y, por supuesto, un acierto. La portería del Rayo, un año más, necesita el máximo de efectivos posible para suplir cualquier contratiempo que se pueda producir, bien en clave de lesiones o bien con situaciones propias del juego, como ocurriera el pasado sábado en Balaídos, pero, además, sin descuidar el trabajo de la cantera -Jémez siempre entrena con porteros del filial o el juvenil y el sábado viajó con tres porteros a Vigo-.

En la temporada pasada, los tres porteros tuvieron sus oportunidades, debido principalmente al alto número de lesiones musculares que fueron sucediéndose a lo largo del año y, ante eso, este año no hubo duda en que se ficharía a un tercer portero de garantías. Jémez, con la llegada de Toño afirmó que era una situación "rara", porque "la mayoría de los equipos tienen dos porteros profesionales y el tercero suele ser el portero del filial. Nosotros tenemos tres y estoy encantado. Lo que quiero dejar claro es que yo no he pedido un tercer portero. Toño está aquí y le trataré como a uno más, pero yo no le he pedido, el club ha creído conveniente meter un tercero portero y para mí mucho mejor. Estamos encantados con él, aunque reconozco que es una situación que no es la habitual".

Este año, con la 'repesca' de Juan Carlos, el club consigue subsanar situaciones como las del pasado sábado sin cargar de mayor presión a los jóvenes porteros del filial (aunque también sea una opción que se les cierra de poder debutar con el primer equipo). Con Cobeño lesionado y con Toño expulsado a los diez minutos, el recambio fue Juan Carlos, un portero que ya ha demostrado desde su salida del Rayo hace unos años haber alcanzado la madurez suficiente para defender con garantías la portería de un Primera División. Su actuación fue sobresaliente ante el Celta, desbaratando varios intentos del delantero celtiña Iago Aspas, que no vio la manera de superar al alcarreño.

Para la próxima jornada, el Rayo estará pendiente de la evolución de Cobeño y la sanción de Toño, pero Jémez respirará tranquilo, porque la rareza convertida en norma le garantiza un tercer portero con cualidades y experiencia.