RAYO 1 - LEGANÉS 2

El Rayo perdió ante el Leganés en el partido de la protesta en la grada por los horarios. Los vallecanos defendieron mal las jugadas de estrategia y, cuando empataron, con un hombre más, no supieron cerrar el partido y cedieron los puntos.

Empezó mejor el Leganés, más asentado en el campo con las ideas mucho más claras y con una punta de velocidad muy superior a la de un Rayo al que le costó mucho trabajo darse cuenta de la importancia del choque. El primer intento sería de los pepineros que, con un gran disparo de Recio desde la frontal, avisaron de sus intenciones de llevarse la victoria en un partido marcado por la protesta en la grada. Las aficiones de ambos equipos le dieron la espalda al fútbol de Javier Tebas y su Liga y durante dos minutos no animaron expresando su malestar por la disputa de partidos de la "mejor liga del mundo" en jornada fuera de fin de semana.

Apretaba el Leganés, se defendía como podía el Rayo y el partido se dirigía a ese momento en el que los vallecanos lanzan un zarpazo para reivindicar su lugar en el choque. Lo hizo con una llegada por la izquierda que no encontró rematador y poco más en una primera media hora en la que los visitantes fueron superiores provocando la inquietud en la grada de Vallecas. El centro del campo, con la pareja Imbula-Medrán, estaba desaparecido y las dos tarjetas recibidas por los centrales Abdoulaye y Amat tampoco ayudaron a que la sensación fuera de tranquilidad precisamente.

Además, las bandas no eran la solución de emergencia para un Rayo que se estrelló una y otra vez contra la defensa de cinco visitante. Ni Alex Moreno ni Advíncula lograron desestabilizar la zaga de los Pellegrino y el Leganés se sentía muy cómodo, superando con facilidad líneas y acercándose con evidente peligro a las inmediaciones del área de Dimitrievski, que tuvo que intervenir para detener un remate peligroso de En Nesyri.

Parecía cuestión de tiempo que el Leganés lograra su objetivo y, una vez controlada su presa, solo debía preocuparse de mirar hacia adelante. El gol llegaría en un saque de esquina lanzado por Silva y rematado por Braithwaite sin oposición y ante la mirada atónita de una defensa estática y que acompañaba el remate del delantero pepinero con la mirada para desesperación de la afición del Rayo.

Las cosas debían cambiar radicalmente en la segunda mitad, porque los visitantes le habían ganado claramente la partida a los locales en los primeros cuarenta y cinco minutos.

De momento, Míchel se dio cuenta que en la pelea táctica había perdido con su rival y dejó fuera al amonestado Abdoulaye para introducir una variante mucho más ofensiva. La entrada del atacante Di Santo, recién llegado en el mercado de invierno, provocó un cambio defensivo que dejó al equipo de Vallecas con defensa de cuatro. Entre tanto, el Legaés seguía igual. Las cosas le habían ido muy bien en la primera parte.

El primer ataque franjirrojo finalizó con un remate de cabeza de RDT a centro de Alex Moreno que se marchó por encima del larguero y el segundo con un disparo ajustado de Imbula que salió fuera por poco.

El Rayo había arrancado con nuevos bríos, Imbula tenía más presencia por el centro y Alex Moreno ya aparecía por la banda izquierda para medir fuerzas con Nyom. El partido cambiaba de rumbo y el conjunto vallecano al menos comparecía en el partido. Y lo hacía mucho más cuando Nyom, en una acción violenta tras pelea con Alex Moreno, veía el camino de vestuarios expulsado con roja directa y dejaba a los suyos en inferioridad durante media hora. El partido debía cambiar y ya lo había hecho de manera radical a favor de un Rayo que era otro equipo, que ponía entrega y que ahora sí sabía lo que tenía entre manos.,

La consigna era clara, controlar más el balón, llegar por las bandas, hacer grande el campo y poner centros para la llegada de los puntas. Lo intentó Alex Moreno, pero su pase no lo rematarían ni Di Santo ni RDT. El Leganés, por su parte, buscaba con mayor insistencia los balonazos largos para la carrera de En Nesyri, que se quedaba como hombre de referencia en el centro del campo, a la espera de los envíos al hueco.

Imbula se equivocaba con largas conducciones que ralentizaban las acciones de ataque y el Leganés aprovechaba cada falta para marcarse un "Getafe" en toda regla alargando cada momento para cortar el ritmo de los de Míchel, que siguieron insistiendo en busca del empate. El partido ya estaba claro, el Rayo atacaba y el Lega se defendía. Era la lucha del desorden ofensivo del Rayo contra el orden defensivo del Leganés. Era la lucha del que quiere lograr algo con corazón y el que defiende lo suyo con cabeza. Y ahí, una vez más volvía a salir victorioso el equipo visitante hasta que la insistencia rayista lograba su objetivo. Tras un paradón de Cuéllar en la primera jugada y otra acción con despeje fallido, Alvaro García lograba empatar. La fiesta parecía completa, pero el fútbol y el destino tienen estas cosas. En la siguiente acción, en un saque de esquina, los pepineros volvían a tomar ventaja y solo quedaban cinco para el final. Otra jugada a baló parado que penalizaba al cuadro franjirrojo.

El empuje final del Rayo no dio para más y los vallecanos se despedían de los puntos en un partido en el que habían regalado la primera parte y en el que la estrategia les pasó factura. Hay que seguir remando.