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SEVILLA - RAYO. Crónica

El Sevilla se divierte dando un repaso al Rayo

Alberto mantuvo al Rayo con vida en la primera parte y el Sevilla se merendó a los vallecanos en la segunda

Escrito por Jueves, 25 Abril 2019

    El Rayo cayó goleado en el Pizjuán en un partido en el que fue valiente, se mantuvo con vida gracias a Alberto, pero terminó siendo goleado con justicia por un Sevilla mucho más vertical.

    Ficha técnica:

    Sevilla (5): Vaclik, Carriço, Roque Mesa, Ben Yedder, Banega (A), Jesús Navas (Aleix Vidal, minuto 72), Sarabia, Munir (Bryan, minuto 74), Promes, Franco Vázquez (Rog, minuto 71) y Mercado.

    R. Vallecano (0): Alberto, Gálvez (A) (Javi Guerra, minuto 62), Amat, Velázquez, Mario Suárez, Uche, Pozo (A), Alvaro (Kakuta, minuto 70), Alex Moreno (Tito, minuto 45), Embarba y Di Santo.

    Arbitro: Cuadra Fernández.

    Goles: 1-0. Minuto 55. Promes; 2-0. Minuto 57. Munir; 3-0. Minuto 62. Munir; 4-0. Minuto 70. Ben-Yedder; 5-0. Minuto 87. Bryan.


    SEVILLA 5 - RAYO VALLECANO 0

    El Rayo no tenía más opción que ser valiente, buscar la machada y confiarlo todo a su desparpajo ofensivo y a su consistencia defensiva, para lograr tres puntos que se hacían más que necesarios tras las victorias de rivales directos como Valladolid o Huesca. La plaza era de las de aúpa, un Sánchez-Pizjuán en el que el Rayo siempre ha sufrido, aunque no es esa razón para que Paco Jémez se amedrante y cambie de filosofía. Y el entrenador del Rayo, fiel a su estilo, planteó un partido abierto, con presión alta, con defensa de tres centrales, con muchos jugadores en zona ofensiva y con demasiado riesgo ante un rival con la velocidad y la profundidad de Jesús Navas y la llegada de los Sarabia, Mudo Vázquez, Munir o Ben-Yedder.

    El partido empezó vibrante, con un Rayo con ganas de tener balón y comprometer a un rival que llegaba al duelo con dudas tras su abultada derrota en el Coliseum ante el Getafe y con ganas de agradar a una grada que estuvo enchufada durante los noventa minutos de un partido que tenía una intensidad exagerada.

    Alberto se lució en el minuto siete sacando una mano espectacular para despejar en la escuadra un gran lanzamiento de falta de un Ever Banega hiperactivo y malhumorado que antes de la media hora ya había visto una cartulina amarilla. El Rayo dominaba el balón y el Sevilla buscaba la velocidad en sus acciones para pillar descolocados a los franjirrojos. En ataque, con la ausencia anunciada de RDT por sanción (tampoco estará el domingo ante el Real Madrid por la cláusula del pánico), la presencia ofensiva era para Di Santo y Embarba. Precisamente sería este último quien gozase de la primera ocasión de gol a pase de Alvaro desde la banda derecha.

    El partido era claro, el Rayo seguía generando fútbol y el Sevilla creando peligro. Un robo de balón en el centro del campo provocó una fulgurante contra con remate final de Sarabia que se marchaba fuera directamente. Otra llegada de los locales que se iba al limbo, igual que ocurriría con otro acercamiento de Navas desde la derecha que no pudo ser rematado con precisión por el ex rayista 'Mudo' Vázquez.

    Caían los minutos y la primera parte se iba consumiendo sin que cambiara la forma de jugar de unos y otros. El Rayo seguía acercándose al área y el Sevilla creando peligro en las inmediaciones del área de Alberto. Di Santo no aparecía, Alex Moreno apenas llegaba con cuentagotas y con malos pases y en la derecha Alvaro iba de más a menos. Si a esto le sumamos que Navas seguía aprovechando el carril zurdo rayista, asustando, la sensación no era mala, pero tampoco todo lo positiva para un Rayo que había llevado desde el principio el partido al precipicio más radical.

    Con otra gran mano de Alberto, sin duda el mejor del partido para el Rayo, finalizaba una primera mitad en la que el Rayo había sido valiente en su despliegue sobre el terreno de juego, pero que había sufrido en los repliegues por banda izquierda y que no había llegado para inquietar al portero sevillista.

    Goleada en una desastrosa segunda mitad

    El arranque de la segunda mitad trajo consigo el primer cambio significativo de Jémez en el equipo que había dibujado en la primera parte. Viendo la autopista abierta en el costado izquierdo sentó a Alex Moreno para dar entrada a Tito, perdiendo llegada ofensiva, pero buscando ganar la contundencia necesaria como para evitar que Navas siguiera generando peligro una y otra vez.

    La primera ocasión llegaría por parte del Rayo con una carrera de Alvaro tras recuperación enviada al lateral de la red por el extremo andaluz. El Rayo quería avisar de sus necesidades y quería hacerlo con más contundencia que en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero iba a ser el Sevilla el primero en golpear. Una buena acción de ataque, con doble remate de Promes tras paradón de Alberto suponía el 1-0 y dejaba al Rayo con cara de Segunda División. Quedaba más de media hora por delante para arreglar una situación que se complicaría apenas dos minutos más tarde. Munir recibía un balón que llegaba al segundo para remachar a placer ante Alberto poniendo el 2-0 y matando a unos jugadores rayistas que cruzaban miradas para intentar encontrar respuestas. Dos minutos, dos goles. El Rayo volvía a las andadas.

    Para redondear el desastre de inicio de segunda parte rayista, cinco minutos más tarde una pérdida en zona de ataque propició una nueva contra culminada por Munir para sacar definitivamente a un Rayo que ya no era nadie en el partido.

    Con los goles, Jémez tiró la casa por la ventana dando entrada a Javi Guerra en lugar de Gálvez y volviendo de nuevo a una defensa de tres y a más hombres ofensivos para intentar recortar una distancia que a falta de veinticinco minutos para el final parecía más que insalvable para los vallecanos.

    Sin defensas, el Sevilla veía la posibilidad de hacer un saco al Rayo. Una nueva llegada de Ben-Yedder finalizaba con el 4-0 que, tras revisión del VAR, sería confirmado para alegría local. La lectura era clara, no había nadie defendiendo a tres jugadores de ataque. De lo peor del año para un Rayo que se había hundido irremediablemente.

    Kakuta apareció en el partido, pero ya no era momento para gambeteos, recortes y regates sin sentido. El joven Bryan marcaba el 5-0 dejando de nuevo en evidencia a una defensa desaparecida. Lo mejor que podía pasar era que acabara un partido que en la segunda parte se había desnivelado de manera contundente y que dejaba al Rayo visto para sentencia y a la espera de un milagro, que ya nadie se cree, o de la confirmación de descenso matemático más pronto que tarde.

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