LEVANTE 4 - RAYO VALLECANO 1

Hay partidos en los que uno se juega la temporada, finales para ganar campeonatos, para clasificarse para una competición europea o para quedar por delante de tu rival directo de tu ciudad o región. Hay partidos para ganar una Champions o para ganar una liga. Para el Rayo, el partido de hoy en el Ciutat de Valencia era una mezcla de todas esas "necesidades", era el ser o no ser en la competición. Era decir adiós con dos jornadas por disputarse o seguir vivo y empezar a pensar que lo de derrotar al Real Madrid no era una casualidad, ni fruto del bajo nivel del rival, y que el "Sí, se puede" que atronó en Vallecas hace una semana no era solo un deseo, sino que podía pasar al nivel de posibilidad real.

Para conseguir la victoria, Jémez recuperó a su 'hombre-gol' y por ahí el equipo empezaba a tener algún atisbo de mejora respecto a lo sucedido ante el equipo de Zidane. Si las bandas eran incisivas con Bebé y Embarba, el Rayo podía hacer daño. Enfrente, el Levante tiró de su jugador franquicia, el 'Comandante Morales', y de toda la tropa, para afrontar una final de necesidad también para los locales, aunque con menos urgencia que para los franjirrojos.

Para el Rayo, el partido ante el Levante iba a suponer el principio de un sueño o el fin a una pesadilla. Noventa minutos de fútbol a cara o cruz.

Inicio con dudas en defensa y gol en contra

La idea de partida del Rayo era la única que podía tener. Ser agresivo y valiente por partes iguales. La presión le permitiría robar balones o al menos incomodar la salida del balón granota y la valentía le tenía que permitir llegar a las inmediaciones de Aitor Fernández. Sobre el papel y, por lo visto en los primeros minutos sobre el terreno de juego, el Rayo apretaba y el Levante contemporizaba a la espera de encontrar lo que todos encuentran, un error, un centro lateral... en definitiva esa jugada que les permitiera adelantarse en el marcador. Lo intentaron de jugada ensayada tras lanzamiento de una falta, pero no fueron precisos en el remate final. Tampoco lo sería Mayoral en el minuto 8. El delantero levantinista se escapó de la defensa y, tras plantarse solo ante Alberto, remató muy alejado de la portería del Rayo. El Levante encontraba lo que buscaba, el Rayo no. Los de Jémez jugaban en horizontal, los de Paco López en vertical. Fácil de entender que el arranque de partido no era el deseado por el aficionado de Vallecas.

El desastre defensivo volvió a aparecer. Tras un robo local con conducción de Mayoral, apareció Morales y, tras un despeje inocente, el regalo sería aprovechado por Campaña para poner en ventaja al Levante. No se había cumplido el primer cuarto de hora y el Rayo ya estaba mirando más a Segunda que a Primera y con mucho que ofrecer y que mejorar.

El gol en contra pareció espolear al Rayo, que jugó más y mejor en campo rival y que pudo haber empatado en un mano a mano de RDT resuelto por Aitor. El partido parecía igualarse hasta que Morales explotó su calidad para superar a Embarba y provocar un penalti que volvería a convertir a Alberto en el héroe del Rayo hasta el momento. El cancerbero adivinó el lanzamiento del delantero granota y mantuvo al Rayo en el partido. Jémez decidió mover ficha sentando a un descolocado Uche y dando entrada a Medrán, para intentar tener más balón en el centro del campo.

Mario Suárez buscó a De Tomás y el remate de cabeza del ariete vallecano se iría lejos del portal levantinista. El Rayo lo seguía intentando como podía, no se imponía, pero al menos ya no sufría tanto como en los primeros minutos. El partido había cambiado, aunque también lo parecía justo antes de la acción del penalti. Bebé probó fortuna desde lejos y su misil avisaba a Aitor, que acompañaba el balón con la mirada mientras se escapaba junto al poste izquierdo de su portería.

El Levante se parapetaba atrás y buscaba salir a la contra. Morales volvía a hacer sangre y con una arrancada de las suyas, dejaba al descubierto las vergüenzas defensivas del Rayo. Solo la llegada 'in-extremis' de Gálvez evitó una catástrofe que tendría su continuación en el córner posterior. Rubén Vezo remató de cabeza lejos del alcance de Alberto y colocó a los suyos con ventaja de dos. El Rayo se ahogaba en defensa antes del descanso.

A la desesperada, con defensa de tres y todo el ataque posible

Tras el descanso Jémez decidió quemar las naves a la desesperada. El técnico sentó a Abdoulaye y dio entrada a Javi Guerra, pasando a defender con tres. Era recortar distancias o salir con otra estocada como en el Pizjuán. Jémez en estado puro.

La segunda parte arrancó igual que había concluido la primera, con el Rayo teniendo balón y con el Levante ordenado defensivamente a la espera de la oportunidad definitiva para cerrar el choque. Embarba buscó sorprender a Aitor, pero su remate lo atajaría el meta junto al palo. Era el primer acercamiento del cuadro vallecano en la segunda mitad. El Rayo necesitaba un gol urgentemente y no solo por recortar distancias, sino por creer que podía hacer algo en este partido. Un remate lejano de Bebé que se estrelló en Rober Pier pudo haber sorprendido al meta local, pero el balón terminaría saliendo por encima del larguero. El Rayo dominaba, llegaba y generaba inquietud en la zaga valenciana.

Los vallecanos lo intentaban con más corazón que cabeza, con Pozo buscando poner criterio en zona de ataque y con Javi Guerra y RDT esperando que les cayera algún balón para rematar, pero no llegaban.

Alvaro sustituyó a Bebé con veinticinco minutos por delante. Ahí se acababan las opciones de mover cosas al técnico franjirrojo. Lo intentó en defensa, en el centro del campo y en ataque.

El Rayo quiso meterse en el partido cuando tras una gran triangulación ofensiva Alvaro logró recortar distancias. Era el premio a la constancia y al mejor juego de la segunda mitad y quedaban veinte minutos por delante y seguían pasando cosas. Alberto despejaba con grandes reflejos un gran remate cruzado para mantener a los suyos con opciones. Y el Rayo tuvo una doble ocasión que incomprensiblemente no terminó con remate sobre portería tras una serie de recortes de RDT y rechaces varios.

En el ida y vuelta en que se convirtió el partido en el tramo final, Embarba dejó al Rayo con diez al ser expulsado a falta de ocho minutos para el final, certificando de manera definitiva la derrota y con ella las opciones de salvación. Los postreros goles de Jason y Bardhi solo sirvieron para dañar más la imagen del Rayo. En Valencia se acabó esta pesadilla de temporada.