El Rayo viajó a Girona con ganas de plantarle cara a uno de los grandes aspirantes a estar en la zona alta de la tabla y lo hizo con una velocidad y una forma de jugar que sorprendió a propios y extraños. Su primera acción ya dejó clara la intención de un equipo que acumuló ocasiones de gol a diestro y siniestro sin acertar, en ocasiones por falta de puntería, y en otras por acierto del meta Juan Carlos.

Nada más arrancar el choque Pozo se escaparía de todos y su remate, tras depejar Juan Carlos, sería enviado por un defensa al poste derecho de la portería catalana. El Rayo saludaba al Girona con un 'toque de atención' que tendría su continuidad en los mejores primeros cuarenta y cinco minutos de la temporada. El equipo era puro nervio y las acciones de ataque se sucedían una tras otra.

Alvaro la tuvo muy clara a los diez minutos tras otra jugada de tiralíneas de los de Iraola con remate del extremo y gran intervención del meta Juan Carlos, que ya era de lejos el mejor de su equipo. El Rayo seguía a lo suyo, el Girona estaba desbordado y sin poder de reacción. El partido estaba claramente decantado hacia el campo de los locales, el Rayo presionaba alto, se sentía cómodo y seguía metiendo una velocidad más a un partido que parecía cuestión de tiempo empezara a decantarse hacia el bando vallecano.

Catena intentó sorprender con el lanzamiento de una falta que pilló despistada a la zaga del Girona, pero ni en esta ocasión, ni en un posterior centro que atrapó Juan Carlos arriba, conseguiría el Rayo lo que tanto había merecido en la primera mitad.

Tras el descanso, el duelo se nivelaría, en parte porque el Girona con un par de ajustes en su equipo mejoró, y en parte, porque era imposible que el Rayo mantuviera el pistón hasta el final. Arrancó mejor el conjunto de Iraola de nuevo y Antoñín, tras un gran centro desde la derecha, remató junto al palo para que la detuviera de nuevo Juan Carlos.

A la hora de partido, una falta indirecta dentro del área inquietó a Luca, que hoy volvió a ser titular. El portero reaccionó bien al lanzamiento ensayado en la pizarra de un Girona que al menos sentía que podía decir algo más en el partido. Poco a poco el ritmo se iría apagando y la igualdad se apoderaría de un tramo final de partido en el que ni siquiera con la incorporación de Comesaña, Joni o Qasmi, varíaría de manera sustancial.

El Rayo sumó un punto que, tras lo visto en la primera parte, le debe saber a poco, y el Girona, sumó un punto que seguro que vio perdido tras el primer acto. Ahora llega la Copa, una historia diferente.