El Rayo Vallecano posteó en su cuenta oficial de Twitter un mensaje de despedida y agradecimiento al Newcastle tras su enfrentamiento amistoso. Lo que quizá el club franjirrojo no imaginó es que las interacciones al tuit se iban a convertir en una metáfora de lo alejado que está la institución de Vallecas de la realidad que le rodea y que incluye a su afición.
Hasta St. James Park se desplazó medio centenar de aficionados haciendo auténticas cábalas laborales, económicas, etc (de las que hablaré en otro artículo) para no dejar solo a su equipo como tampoco lo estuvo en San Sebastián o en Turquía. Decenas, por no decir centenares, de mensajes de seguidores de las urracas felicitaban al Rayo Vallecano por su ruidosa y animosa afición.
Obviamente ningún seguidor del Newcastle tiene por qué saber que precisamente NO ES GRACIAS al club que su afición sea así. Más bien al contrario. El rayismo es así A PESAR DEL CLUB. Durante años hemos dado cuenta en esta página de las muchas situaciones de conflicto social que se han vivido en Vallecas (el problema con los abonados discapacitados, subida de precios de abonos a ciertos sectores del estadio, prohibición de acceso al recinto con material de animación o con camisetas o bufandas de un grupo de animación...). Recordarlas todas sería imposible, infumable en este artículo y bastante fútil por otra parte.
⚡️ It has been a pleasure visiting you. Good luck this season, @NUFC! 🤝
— Rayo Vallecano (@RayoVallecano) December 17, 2022
Buen viaje de vuelta a casa a todos los rayistas desplazados hasta Newcastle 👏#NUFCRayo#VamosRayopic.twitter.com/z8Xi3RC993
Veamos al ejemplo de Newcastle: ¿Gestionó el Rayo Vallecano la compra de entradas? ¿Facilitó el Rayo Vallecano el desplazamiento con alguna propuesta a sus seguidores? ¿Ha compensado a esos seguidores de alguna manera por hacer 'marca Rayo'? ¿Ha hecho algo el Rayo Vallecano para que los rayistas pudieran vivir un partido único? La respuesta a todas las preguntas es la misma y no hace falta ni escribirla. Poco puede esperarse de un club que ni siquiera se ha puesto en contacto con el presidente de una de las peñas más numerosas tras anunciar su disolución.
Hace apenas una semana conocíamos la propuesta de sanción que la Comisión estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte dependiente del CSD, es decir del gobierno de España, había emitido contra el Rayo Vallecano por no impedir la celebración de una victoria y una derrota de sus primeros equipos y equipo juvenil contra el Real Madrid. Y habrá que esperar para ver qué pasa con Trejo a quien un comunicador (la palabra periodista le viene grande) ya señaló en las ondas en su día.
Por dejar claras las cosas: aquí no se trata de defender o criticar a Bukaneros. Obviamente los ultras del Rayo se bastan y se sobran para defenderse ellos solitos como hicieron con un comunicado difícilmente mejorable. En esta tribuna se les ha criticado en sus errores y se les ha aplaudido en sus aciertos. Como con cualquier otro rayista. Pero como decía, aquí no se trata solo de Bukaneros. Se está señalando a toda una afición que esos días celebró sus alegrías y sus penas junto a sus futbolistas. Igual que en su día se movilizó contra las sospechosas ideas de un futbolista al que la gran mayoría no quería ver vestido con la franja.
Y de eso sí se trata: de los valores que representa (o debería representar) el Rayo Vallecano para Vallecas. En este barrio (o en estos distritos, si lo preferís) no vale todo. Ni se entiende el Rayo sin Vallecas ni Vallecas sin el Rayo. Por mucho que a alguno le cueste entenderlo. Sancionados aquí. Admirados allí. Hace tiempo que el rayismo se ha convertido en el mejor embajador de su club. Por mucho que a alguno le cueste entenderlo.