El buen partido realizado por Cristaldo ante el Cádiz fue sin duda una de las mejores noticias de un fin de semana en el que, salvo por las lesiones, las sensaciones fueron muy diferentes a las vividas siete días antes en Reus, donde el Rayo realizó un horrible partido pese a su empate final. El argentino jugó de inicio junto a Trashorras y formando un triángulo con el gallego Comesaña, destacando principalmente en la primera mitad, en la que 'barrió' toda opción de juego de los centrocampistas del conjunto andaluz. Con su trabajo, Cristaldo desahogó a Roberto Trashorras, le permitió cubrir una menor parcela de campo y ayudó a las transiciones ofensivas para que los hombres de banda y el media punta pudieran moverse con mayor libertad.

En ese puesto Sandoval había probado con los jóvenes Fran Beltrán, que ante la ausencia de minutos está de vuelta con el filial, y Clavería, que hizo buenos partidos junto a Trashorras pero no terminó de convencer al técnico, que apostó finalmente por Zuculini, una de las últimas incorporaciones del equipo vallecano. Ahora, con la irrupción de Cristaldo adaptando su juego a una posición algo más retrasada y aprovechando su calidad y su visión, el técnico vallecano ve cómo se amplían las opciones para una zona en la que se echa de menos a Raúl Baena, que todavía continúa con su proceso de recuperación de la lesión que le apartó de los terrenos de juego la pasada campaña.

Ante el Oviedo se espera que Cristaldo vuelva a repetir en el eje del centro del campo junto a Trashorras, dejando las dudas para el extremo tras las bajas confirmadas de Embarba, Diego Aguirre, Mojica y Lass que, por lesión los tres primeros y por compromisos internacionales el último, no podrán participar en el Carlos Tartiere.