El duelo entre el Rayo y el Levante bien podría recordarse por el regreso de Coke y Rochina a Vallecas, por la victoria del Rayo, que le deja a las puertas de la salvación al final de año, por el lanzamiento de balones al final del duelo o por el choque de trenes entre delanteros rayistas, pero, ciertamente, muchos lo recordarán por la niebla.
Durante buena parte del choque la niebla fue tan densa que impidió que los aficionados, en según qué zonas, disfrutaran del espectáculo, obligándoles a intuir lo que sucedía, porque verlo era imposible. Michel afirmó a la conclusión del partido que en el campo la visibilidad era buena, lamentando que sus seguidores no pudieran decir lo mismo. Viéndolo o no, la victoria compensó los minutos finales de angustia y los iniciales de disfrute de un partido que cerró el 2018 con buen sabor de boca.