Siempre en las buenas y siempre en las malas te animaré. Ese es uno de los gritos de guerra de una afición que ha decidido no dejar solo al filial del Rayo Vallecano en su triste camino por la Segunda División B que, salvo milagro de última hora, les devolverá a Tercera esta temporada. Un grupo de incondicionales seguidores, que ya estuvieron en Getafe o Salamanca y que siempre acuden a la Ciudad Deportiva a apoyar al segundo equipo de la entidad vallecana, se desplazaron a la vecina localidad de Leganés para, en el estadio de Butarque, dejarse la voz animando a un Rayo B que puede estar viviendo sus últimos minutos como equipo de Segunda División B.
Su mérito no debería pasar desapercibido para la mayoría de la masa social de un club que perderá un valor importante de cantera si el filial cae a Tercera División.