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Lo que el ojo no ve

Escrito por Sábado, 26 Octubre 2013

    Opinión. El Rayo Vallecano hizo oficial una asistencia de aficionados al encuentro ante el Real Valladolid que, a simple vista, parecía demasiado escasa en contraste con la realidad.


    Opinión. Sorprendido, así me quedo muchas veces cuando el Rayo Vallecano hace oficiales los datos de asistencia a sus encuentros durante el transcurso de los mismos. Me extraña, porque no están obligados a hacerlo, que los hagan públicos en el descanso, y me deja boquiabierto cuando el resultado dista mucho de lo que mis ojos, a simple vista, perciben.

    Cuando la sensación es de un estadio prácticamente lleno, ¿cómo es posible que el dato oficial diga que hay mucha menos gente de la que se supone? En algunas ocasiones se nos ha criticado por decir que, ni con promociones ni sin ellas, ni con propuestas de entradas a mitad de precio, entradas de acompañante, o entradas a precio de saldo, el Rayo era capaz de conseguir una buena entrada. Se nos ha criticado por ofrecer imágenes de zonas del estadio despobladas cuando el resto estaba lleno y por decir que nueve mil espectadores eran entradas que un club de Primera División no debería permitirse el lujo de tener -máxime cuando se ha comprobado que en Vallecas, el Rayo, tiene mucho más tirón-. ¿Qué está pasando entonces?

    Cuando se dice que un estadio con capacidad para más de catorce mil espectadores, sin cifra oficial de socios conocida, presenta una entrada de once mil, y todos los presentes perciben que la sensación es otra, algo suena mal. No voy a pensar en un 'engaño', porque sería mucho más sencillo seguir sin decir cuánto público ha accedido al estadio, pero sí me suena, cuando menos, raro. Desde hace tiempo, en el club vallecano se ha planteado la duda de la transparencia, de la honradez, de la veracidad de las informaciones y otras muchas cuestiones que no tienen por qué ser ciertas. La simple duda, alimenta esa línea de opinión. Decir que el viernes hubo 11.500 espectadores, deja tantas dudas como sombras. Eso es algo evidente.

    Si hablamos de entradas vendidas más abonados con carnet, que pasan por los tornos, pues quizá el dato sea el que se ofreció. Si a ese dato sumamos invitaciones, regalos, promociones, entradas para patrocinadores o entidades públicas que, por derechos adquiridos, reciben un cupo de entradas para cada encuentro, entonces, señores, la cifra chirría. Si hablamos de asistencia con 'valor económico' para el club, la cifra me puede valer, si hablamos de datos generales y de asistencia total, simplemente no me lo creo. Quizá haya llegado el momento de ofrecer la cifra total y oficial de abonados del club para la presente temporada, el número de renovaciones y el de bajas y altas para el campeonato 2013/14, de igual manera que alguien debería explicar otra serie de cuestiones como la promesa de organización de viajes para la afición de los que, hasta la fecha, nadie ha tenido noticias, aunque ese es otro 'cantar'.

    Entiendo que, volviendo al tema de reflexión que hoy me ha traído aquí, cuando hablamos de asistencia, estamos hablando de todo tipo de personas presentes en el estadio como aficionados y, con ello, entiendo que nos referimos a aquellos que, de la manera que sea, han accedido al recinto deportivo a disfrutar de un evento. Si todos los supuestos se cumplen, hay algo que no cuadra. Decir que el viernes hubo tres mil localidades sin vender es como querer hacerme ver que el Rayo hizo ese día el mejor partido de su historia. Hay cosas que son como son, aunque el ojo no parezca verlas. Que lo expliquen bien.

     

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