El Rayo Vallecano empató ante el recién ascendido Lorca en un partido en el que dejó claras varias de sus principales carencias a día de hoy. El conjunto vallecano tiene excesivos problemas en línea defensiva, sufre cuando el rival le paga con su misma moneda de presión alta y asfixiante, deja todo el aporte ofensivo a la calidad de Trejo y muestra carencias cuando se apagan las luces en el medio del campo. Si a esto le sumamos que Dorado da una de cal y dos de arena, que Galán en la banda derecha no tapa las llegadas del rival y que Alberto pone el corazón del aficionado en un puño con controles y regates ante los delanteros visitantes, el cóctel es explosivo.

El cuadro franjirrojo disputó una primera mitad nivelada, con fases de control y dominio de la situación y con un par de acciones que bien pudieron cambiar el destino de un partido que no fue vistoso futbolísticamente y que solo mantenía interés por aquello del resultado, que a falta de lo anterior es siempre un recurso necesario para que la emoción no termine yéndose al mismo sitio que el juego.

Trejo pudo anotar el 0-1 cuando una recuperación, superado el primer cuarto de hora, le dejó en buena disposición para hacer una de sus jugadas favoritas, amago, amago, amago y, cuando parece que no llega a hacerlo, remata cruzado. Su disparo salió fuera por poco. Hasta ese momento Gorronsoro, portero del conjunto murciano, no había visto peligrar la integridad de su portería. Los murcianos, con salidas rápidas por parte de su mejor jugador en la primera media hora, Merentiel, sí inquietaron a Alberto. Sito ganaba la espalda a Galán, pero su disparo fue atajado por el meta vallecano. El Rayo quería y no podía ante un Lorca que vio cómo Unai remataba alto una de las mejores ocasiones en el primer período. La llegada de Alex Moreno por la izquierda y la dejada de Comesaña para la aparición del vasco en clara ventaja fue rematada fuera por el centrocampista, cerrando una primera mitad con demasiadas dudas por parte franjirroja.

El segundo período arrancó incluso peor para los intereses del Rayo, aunque con la fortuna necesaria como para no salir damnificado de una acción que mereció haber finalizado con el primer gol para el cuadro de Torres. Dorado cometía un tremendo error en la salida del balón, su pase a ninguna parte sería aprovechado por Eugeni para rematar en ventaja sobre la portería de Alberto, con tan mala fortuna que su intento se estrelló contra la madera de la portería vallecana. Su segundo remate se marcharía fuera. Con este susto inicial arrancaba un segundo período en el que el Rayo estuvo muchos minutos a merced de la posesión de un Lorca que siguió explotando la puerta abierta en la banda derecha rayista. Sito superaba claramente a Galán, pero su pase no sería rematado por nadie en boca de gol.

El Rayo seguía salvando los muebles y desperdiciaba las pocas opciones que se presentaban para hacer daño a su rival. Un contragolpe de tres contra dos mal definido por Embarba y una llegada de Galán rematada fuera por Javi Guerra, que se incorporó en la segunda mitad, serían todo el aporte ofensivo de un equipo que se bloqueó pese a los intentos de Lass por desatascar el juego y que, aunque terminó el partido en campo contrario, evidencio una clara pérdida de autoestima y de claridad de ideas.