Enfrentarse a un rival directo, que llegaba en progresión y que al descanso te iba ganando por 0-3 eran suficientes argumentos para pensar que el Rayo Vallecano B estaba hundido y sin opciones de reacción, pero lo del filial vallecano es harina de otro costal. El equipo de Jorge Vallejo, que recibía a un Torrejón con ganas de acercarse al segundo puesto que actualmente mantienen los franjirrojos, disputó una primera parte aceptable y una segunda descomunal. Porque el marcador de 0-3 se produjo en apenas diez minutos, después de una primera mitad en la que no había pasado nada ni a favor ni en contra.
El Rayo Vallecano B arrancó el partido con la clara intención de mantener el ritmo del choque y controlar en todo momento a un Torrejón que tampoco buscaba con ahínco la portería defendida por Juanpe. Así se consumió más de media hora, con unos contemporizando y otros alargando las acciones. El empate parecía valerle al Rayo y no parecía molestar, para nada, al Torrejón.
Pero con el partido anestesiado, de repente, y sin venir a cuento, empezaron a pasar cosas y todas desfavorables al filial del Rayo. En una falta en el centro del campo los torrejoneros iban a aprovechar la endeblez defensiva local para hacer el 0-1 en el minuto 35 por mediación de Gabi, que apenas cuatro minutos después iba a incrementar la brecha a favor de los suyos al materializar un penalti señalado por el colegiado. En un visto y no visto el partido había cambiado radicalmente y el filial, que no supo encajar con firmeza los golpes de su rival, parecía hundirse cuando, en otro error defensivo, Rubén hacía el 0-3 con el partido encaminándose al descanso.
El paso por vestuarios le sentó de maravilla al Rayo B, que pasó de tener posesión sin mordiente a ser un auténtico martillo pilón. El equipo cambió radicalmente de cara, tuvo paciencia pero intención, se volcó sobre el área rival y hundió a un Torrejón que se pasó el resto del partido defendiendo, alargando acciones y buscando que el choque cayese de maduro. Pero no, el filial no estaba por la labor de dejar pasar la oportunidad de al menos incomodar a los azules. Las llegadas fueron constantes, las aperturas a banda, los envíos al área, los disparos desde lejos... el viento ya iba a favor de un equipo con hambre, que no se pareció en nada al del primer tiempo.
Y fruto de su insistencia iba a empezar a recoger los frutos. Primero por mediación de Robles, que abrió la puerta de la remontada al aprovechar un despiste defensivo visitante para recortar distancias. Quedaba media hora y el filial creía en sus posibilidades, aunque tuvo que esperar hasta los instantes finales para lograr lo que con tanta insistencia estaba buscando. Y el Torrejón ayudó, aunque sin querer, claro. En el minuto 75 los visitantes se quedaron con diez futbolistas por la expulsión de Jorge por doble amarilla, afianzando mucho más la teoría de la lógica más aplastante: con fe se puede lograr casi todo.
En el minuto 81 llegaría otro 'regalo' del Torrejón, en esta ocasión por mediación de Gascón, el portero visitante, al que se le escapó el balón de las manos en una acción aparentemente sencilla, habilitando a un atento Sergio Alonso para lograr el 2-3. Sólo quedaba el último arreón y la inercia del partido y las circunstancias del mismo llevaban a tener esperanza. El Rayo B merecía con mucho el empate, e incluso algo más, y lo iba a conseguir en el primero de los seis minutos de añadido de nuevo por mediación de Sergio Alonso, que firmaba de esta manera un doblete que servía para que el filial lograse un empate con sabor a victoria tras levantar un 0-3 que parecía casi definitivo al descanso. Gran partido del Rayo B, que mantiene intactas sus opciones de lograr el segundo puesto manteniendo a tres de distancia a su rival de esta mañana. El Alcalá, con su victoria ante el Cala Pozuelo, ya es nuevo equipo de Segunda RFEF.
Por el Rayo B jugaron: Juanpe, Marco, Robles, REvu, Aitor, Juanchi, Ybarra, Etienne, Bala, Berra y Lozano. Además, Jorge Vallejo, contó en la segunda mitad conPablo Montero, Iñigo Guzmán, César y Sergio Alonso.
