Dos acciones durante el segundo tiempo provocaron que el Estadio de Vallecas pusiera sus miras en dos jugadores del Elche, que terminaron recibiendo la bronca general de los locales cada vez que intervenían en el juego.
Por un lado, el portero Kiko Casilla, que, fruto de la frustración por el marcador adverso y por la impotencia de su equipo por conseguir algo positivo en Vallecas, golpeó, en un feo gesto, un balón contra la grada del fondo. Desde entonces, cada vez que tocaba el balón, tuvo que escuchar música de viento procedente de todos los sectores del estadio franjirrojo.
El otro jugador que gozó de la atención de la grada fue el ex jugador del Rayo, Johan Mojica. El colombiano sería el encargado de sacar de banda un balón impulsado fuera del terreno de juego por parte del Rayo para que fuera atendido uno de los jugadores vallecanos, pero el Elche no devolvió el balón, provocando el enfado del respetable. Escribá explicó en la rueda de prensa posterior al partido que los jugadores del Rayo "como es lógico y como hacemos todos, perdieron tiempo y simularon lesiones. Hicieron su partido y pararon bien el partido. Pero de ahí a pensar que cada balón que se va fuera por una posible lesión es confundir lo que es deportividad. Devolver el balón tiene que ser algo lógico si hay una lesión. Mi equipo, y no son todos porque muchos avisan que no lo devuelven, sí lo hace. Pero ante una situación que es obvia de pérdida de tiempo no somos idiotas". A ojos de la hinchada franjirroja, el gesto de Mojica y del resto de integrantes del Elche fue de falta de deportividad y, por tanto, recibieron la 'bronca' de los aficionados locales.