Javier Aquino volvió a convertirse en uno de los grandes referentes del Rayo Vallecano. Tras su exhibición en la segunda mitad del choque inicial ante el Atlético de Madrid, ayer el mexicano volvía a mostrar sus cualidades en la visita del conjunto vallecano al Deportivo en Riazor. Suyos fueron los dos pases que permitieron a Alberto Bueno lograr los dos primeros goles del presente ejercicio para el conjunto de Jémez, pero además trabajó en la presión y en la recuperación, apoyando a los laterales de ambos costados, al jugar durante algunas fases del partido a banda cambiada, permutaciones que le gusta realizar al técnico Paco Jémez.
Aquino ha empezado la liga siendo la gran esperanza de un Rayo que estuvo a buen nivel en Riazor y que bien pudo haber logrado la victoria ante un Deportivo al que tuvo a merced en diversas fases del choque. El mexicano, pese a todo, se aferra al estandarte de la humildad y el trabajo.