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MALAGA 1 - RAYO 1. Crónica

La exhibición de Embarba solo dio para sumar un punto en Málaga

Los de Jémez no jugaron bien en la primera mitad y realizaron una gran segunda parte para sumar un nuevo punto

Escrito por Martes, 17 Septiembre 2019

    El Rayo empató en la Rosaleda en un partido con dos mitades muy diferentes. Embarba fue el mejor del Rayo, marcó y jugó a lo que quiso. El Rayo solo aprovechó la segunda mitad.

    Ficha técnica:

    Málaga C.F. (1): Munir, Cifu, Lombán (Lorenzo, minuto 63), Luis Hernández, Diego González, Juankar (A), Bare, JUanpi, Benkhemasa (Boulahroud, minuto 67), Sadiku (A) (Hugo, minuto 84)y Adrián.

    Rayo Vallecano (1): Alberto, Advíncula, Saveljich, Milic (Catena, minuto 69), Saúl, Mario Suárez, Trejo, Pozo (Oscar Valentín, minuto 80), Embarba (A), Andrés Martín (Bebé, minuto 45) y Ulloa (A).

    Goles: 1-0. Minuto 7. Cifuentes; 1-1. Minuto 53. Embarba.

    Arbitro: Díaz de Mera.


    MÁLAGA 1 - RAYO VALLECANO 1

    El estado de forma de Adrián Embarba daría para una crónica independiente de la del resto de jugadores de un Rayo que, a ritmo del extremo, consiguió sumar un punto en La Rosaleda, un resultado que se queda corto para los méritos de una segunda mitad en la que los vallecanos pasaron por encima del Málaga. Sin estar presentes, nos podemos imaginar que la charla del descanso dio para un cambio de actitud tan evidente que el equipo no se pareció en nada al de la primera parte.

    Los de Jémez tuvieron mucho balón desde el principio y lo quisieron explotar con parsimonia, moviendo de lado a lado y buscando que el fruto cayera de maduro. El Málaga, conocedor de la filosofía del Rayo, se aprovechó del bajo ritmo con balón de los franjirrojos para hacerles caer una y otra vez en las emboscadas que provocaban continuas pérdidas. De ahí a las jugadas de peligro y las ocasiones de gol malacitanas solo había un paso. El Rayo no empezó bien y el Málaga, con una jugada de tiralíneas bailó a los de Jémez para, en apenas seis minutos de juego, poner tierra de por medio. Golazo del Málaga que dejaba al descubierto las vergüenzas defensivas de un equipo que hacía aguas en el centro del campo y que en defensa se tambaleaba con facilidad. 

    Trejo perdía balones, Mario Suárez se equivocaba y regalaba ocasiones de gol al rival y Jémez se desesperaba en la banda viendo que los suyos no jugaban a lo que saben y más le gusta a él. Una ocasión de Pozo fue prácticamente toda la aportación ofensiva de un equipo que contó de inicio con Milic en el centro de la zaga (salió en camilla, lesionado en la segunda mitad) y con Saúl en la banda izquierda, además de Andrés Martín en el sitio de Alvaro o Bebé. Sin noticias del Rayo en ataque, el Málaga seguía generando peligro en busca de redondear una primera mitad que pudo haber finalizado en 2-0 justo antes del descanso.

    La exhibición de Embarba no fue suficiente para lograr la victoria

    La campana salvó al Rayo y el descanso transformó radicalmente al equipo. La entrada de Bebé, que nada más arrancar el segundo período optó por un gran disparo que puso en aprietos a los locales, daría nuevos bríos a un Rayo radicalmente opuesto al del primer período. La movilidad del equipo, pero principalmente del balón, se produjo a una velocidad que desarboló de manera evidente a un Málaga que empezó a sufrir. El gol de Embarba, de lejos el mejor jugador del partido una vez más, sirvió para que los franjirrojos se sintieran capaces de lograr la victoria. El Rayo manejó el balón a su antojo y lo hizo con criterio y con intención. Ulloa peleaba todos los balones, uno lo lanzó contra el poste en posición muy forzada, y Trejo se sumó a la exhibición de Embarba para hacer crecer al equipo.

    Bebé volvía a probar fortuna desde lejos y Embarba, omnipresente en todas las parcelas del terreno de juego, buscaba los huecos para filtrar balones a sus compañeros. Una contra de tres contra dos, finalizó con un generoso centro de Embarba para un Ulloa que llegaba libre de marca al segundo palo. La defensa despejó un ataque prometedor de un Rayo que no sufrió nada en la segunda mitad y que mereció todo lo que dejó escapar tras unos primeros cuarenta y cinco minutos que deberán hacer reflexionar a los vallecanos. Los partidos de una sola parte no siempre darán ni siquiera para sumar un punto. Lección aprendida.

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