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La contundencia de Osasuna desarbola al Rayo

Escrito por Miércoles, 30 Octubre 2013

    El Rayo Vallecano perdió en su visita al Reyno de Navarra en un partido dominado de principio a fin por los franjirrojos que, pese a esto, en apenas un cuarto de hora ya perdían por 2-0.



    Ficha técnica:

    C.A. Osasuna (3): Andrés, Oier, Loties, Arribas, J. Oriol (Flaño, minuto 80), Cejudo (Puñal, minuto 66), Loe, De las Cuevas (R), Silva, Roberto Torres y Oriol Riera (Onwu, minuto 81).

    Rayo Vallecano (1):Rubén, Tito, Gálvez, Saúl (A), Arbilla (A), Trashorras, Adrián, Lass, Iago Falqué (Embarba, minuto 64), Bueno (Larrivey, minuto 60) y Jonathan Viera.

    Arbitro: Ayza Gámez.

    Goles: 1-0. Minuto 1. Oier; 2-0. Minuto 12. Oriol Riera; 3-0. Minuto 57. Roberto Torres; 3-1. Minuto 71. Gálvez;


    El Rayo Vallecano llegaba al Reyno de Navarra con la intención de quitarse de encima el mal sabor de boca de la contundente derrota ante el Valladolid. La falta de intensidad y fútbol de la primera parte del pasado viernes era el espejo en el que mirarse para corregir todos los errores pasados y futuros de un equipo que, esta noche, cumplió a 'rajatabla' las órdenes de ser pesado de su técnico, pero que no contaba con la contundencia de un Osasuna que, en apenas dos jugadas, dejó visto para sentencia el choque.

    Las bajas del conjunto vallecano obligaron a Jémez a salir prácticamente con lo único de garantías que tiene actualmente en la plantilla. El técnico franjirrojo dejó fuera de la convocatoria a Mojica y dio otra gran alegría a los jóvenes Rubén Ramiro y Adrián Embarba. Para el once no quiso dar lugar a sorpresas, dejando a Baena en el banquillo tras la vuelta de Saúl y confiando en Trashorras y Adrián para el centro del campo. La aparición de Bueno, en lugar del lesionado Nery Castillo y de Lass, ocupando el lugar de Perea, completaban un once titular que apenas tuvo un minuto para darse cuenta de lo que se le venía encima.

    Nada más sacar de centro, los rojillos ya dejaron claro sobre el césped del Reyno cuál iba a ser su actitud en el partido. Robo de balón, salida rápida, remate y saque de esquina. El lanzamiento fue rematado a gol por Oier, primera llegada de los navarros y primer gol, sin anestesia, en frío, con contundencia.

    El Rayo intentó reaccionar y Falqué primero, con un remate que se marchó desviado, y Lass después, con un centro que se le escapaba de las manos a Andrés, buscaban la réplica, sin saber que el futuro les tenía preparada otra desagradable sorpresa. El Osasuna preparó su segunda acción de ataque y la culminó logrando el 2-0. De las Cuevas llegó por la izquierda del ataque de los locales y tras rematar y tocar Rubén, Oriol Riera remachaba a placer. Era el minuto 12 y el Rayo ya veía cómo se le escapaban tres puntos tremendamente importantes. Lo eran porque el sábado llega a Vallecas el Real Madrid, lo eran porque el Osasuna estaba en descenso, lo eran porque había que mejorar la imagen de la jornada anterior y lo eran, porque este equipo está necesitado de regularidad y, salvo esa virtud, tiene de todo.

    Los desajustes defensivos estaban pasando factura y ya solo quedaba adueñarse del balón, tocarlo, moverlo y buscar la profundidad que hiciera cercar con algo de convicción la portería de Andrés. Antes de iniciar el partido de verdad para los franjirrojos, Arribas remataba solo en el segundo palo enviando el balón alto, en la última ocasión de peligro de un Osasuna que si había tenido poco balón hasta entonces, en la siguiente hora de partido, apenas 'rascó bola'.

    El Rayo comenzó a desarrollar su fútbol, el centro del campo se imponía al de los locales y las ocasiones, con 'cuentagotas', empezaron a caer. Bueno estuvo cerca de lograr el primer gol para el conjunto vallecano tras un buen pase de Falqué, después sería Jonathan Viera el que obligase a Andrés a lucirse para despejar un buen disparo del canario, y Lass reclamaba un claro penalti por derribo dentro del área al jugador guineano.

    El monólogo de juego del Rayo en la segunda mitad fue abrumador

    Si la primera mitad había finalizado con claro dominio de balón del Rayo, lo que sucedería en la segunda parte sería simplemente insultante. El Osasuna retrasó incluso algunos metros más su ya de por sí conservadora posición y, apoyado en el marcador, se limitó a buscar las contras y la puntilla a un partido que todavía depararía más sorpresas. En el primer acercamiento al área de Rubén en la segunda mitad (minuto 57), y mientras Jémez preparaba la incorporación de Larrivey, un barullo en el centro de la defensa y un nuevo despiste en la marca habilitó a Roberto Torres para que, de manera sorprendente hiciese el 3-0, que para nada reflejaba lo que unos y otros estaban aportando a un partido que en la última media hora pudo haber dado un vuelco espectacular.

    De Las Cuevas tuvo, unos minutos antes de ser expulsado, un mano a mano con Rubén que terminaría salvando el cancerbero gallego. La entrada de Larrivey y, sobre todo, la de Embarba, cambiaron el rumbo de un partido que a nivel de emoción despertaría en apenas tres minutos. De las Cuevas era expulsado por una durísima entrada por detrás a Embarba y Gálvez cazaba un balón en el corazón del área pequeña para, a falta de veinte minutos, despertar las ilusiones de un equipo que siguió intentándolo hasta el final.

    Larrivey remató desviada una buena acción de ataque y Adrián, de espaldas a portería, enviaba un balón que pasaba cerca del poste derecho de la portería de Andrés. El dominio franjirrojo era abrumador, tremendo y, haciendo buenas las ideas de su técnico, pesado, muy pesado. Enfrente, el Osasuna construía su particular frontón para repeler cada acción de ataque de los vallecanos, que colgaron balones al área, desequilibraron por banda, subieron a los centrales y aprovecharon el mucho fútbol de jugadores como Saúl, hoy demostrando que está muy desaprovechado de central, y de Jonathan Viera, que pese a ir de más a menos, aportó ese toque personal que falta en muchas zonas del juego rayista. Embarba hacía diabluras en la banda y el Osasuna, pese a la clara ventaja en el marcador, sufría y sufría para conservar un resultado y una victoria que le saca de los puestos de descenso, enviando al Rayo, tres días antes de la llegada del 'todopoderoso' Real Madrid, a los infiernos de la clasificación.

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