Volvió el fútbol y volvió el Rayo. Tras el parón de selecciones el equipo vallecano viajaba al paraíso natural canario en busca de tres puntos con los que sumar un colchón increíble en el primer cuarto de competición. Los cuatro empates cosechados en las jornadas precedentes (Villarreal, Cádiz, Mallorca y Sevilla) habían dejado al equipo franjirrojo con buenas sensaciones en lo futbolistico, pero con la idea de tener menos puntos de los merecidos en el cómputo general de esas jornadas. Porque el "cuando no puedes ganar, no está mal empatar" se queda corto si quieres seguir siendo uno de los equipos que navegue con soltura por la zona media de la tabla.

El Rayo visitaba a un rival que está más pendiente de lo extradeportivo, con el 'caso Viera', que de la buena temporada del equipo o, al menos, con ese 'run run' que puede llevar al despiste en cualquier momento. Eso sí, su fútbol alegre, atrevido, fresco y vistoso era suficiente carta de presentación como para imaginar un gran partido. Los de Francisco debían estar 'con las orejas tiesas' si querían rascar algo del Estadio de Gran Canaria.

Para lograrlo, el técnico vallecano confió en la dupla Valentín-Ciss en el eje central del terreno de juego y de nuevo dio galones a Kike Pérez para hacer de enganche con Raúl de Tomás. .El resto del equipo no presentaba ninguna novedad, la alineación que cualquier rayista sabría recitar de memoria y de principio a fin sin ningún genero de dudas.

Apenas tardamos unos segundos en 'descubrir' la idea futbolística del conjunto canario: toque, toque y más toque. Y el Rayo con su habitual presión alta y solidaridad buscando recuperar pronto y evitar que el cuadro insular se sintiera cómodo con el balón en los pies. La línea defensiva adelantada de los de Vallecas buscaba ahogar a los locales en su salida del balón, dejando además muchos metros a la espalda de los centrales entre la línea de cobertura y un Dimitrievski que sigue siendo titular indiscutible en el Rayo.

Un saque de esquina y algún disparo lejano fueron los intentos de Las Palmas por abrir el marcador ante un Rayo que apenas tenía balón y que, por tanto, casi ni superaba la línea del medio del campo. El partido no estaba de cara tras diez minutos de claro dominio amarillo. Tocaba esperar para encontrar el momento de 'marcar tendencia' también en el choque. Un buen pase de Kike y un centro tenso de RDT desató a un Rayo que con un durísimo disparo de Ciss se iba a topar con el poste derecho de la portería. RDT remataría el posterior córner muy cerquita de la escuadra. Si el equipo había tardado 15 minutos en aparecer, cuando lo hizo estuvo muy cerca de hacer su gol.

Desde ese 'aviso' el partido se niveló, aunque con los estilos marcados por cada uno, eso sí. El fútbol seguía avanzando sin grandes sobresaltos hasta que una mano de Aridane dentro del área abría la opción del 1-0 para la U.D. Las Palmas. Munir se encargó de lanzar desde los once metros, pero no acertó, porque ahí se topó con la gran estirada de Dimitrievski que, adivinándole el sitio, despejó el balón evitando que los locales se fueran al descanso con la alegría del gol. El descanso dejó a todos tan satisfechos como insatisfechos por lo hecho y por lo no conseguido.

Para la reanudación Francisco cambió de idea en la mediapunta sentando a Kike, dando entrada a De Frutos y centrando la posición de Isi como enganche. Y no tardó en llegar la primera gran ocasión rayista con una contra vertiginosa iniciada por Alvaro lanzando a la carrera a un RDT que terminaría rematando, aunque le taparon en última instancia el camino a portería. El partido seguía abierto, igualado y bonito, con Las Palmas buscando también su diana. Pejiño estuvo a punto de lograr un gol olímpico desde la esquina, con Dimitrievski y el palo evitándolo instantes antes de una revisión del VAR por posible mano de Oscar Valentín dentro del área que quedaba en nada.

El Rayo volcaba su fútbol al costado izquierdo por donde transitaba Alvaro García y desde esa esquina llegaría otra clara. Lejeune remató de cabeza obligando a Valles a despejar para terminar viendo cómo RDT la mandaba al lateral de la red tras el rechace. Los locales ralentizaban el juego cada vez que tenían el balón en su poder, mientras que los visitantes metían 'la sexta' en cada recuperación.

Con veinticinco minutos por delante, el técnico vallecano movía sus fichas sentando a Pathé Ciss y RDT y dando entrada a Unai López y Camello. Hombre por hombre, con aires de fútbol diferentes en el perfil de los que salían y entraban. El Rayo tenía ya algo más de posesión y no estaba tan a merced de su rival, jugando más tiempo en campo contrario. Las sensaciones a falta de veinte minutos no eran malas hasta que, de repente, la entrada del joven Moleiro iba a despertar a la grada y al resto de compañeros provocando con sus regates y electricidad algo de nerviosismo en la zaga vallecana. La respuesta de Francisco fue tirar de los galones de Trejo para una mediapunta en la que aparecía el tercer futbolista hoy (Kike, Isi y el propio Trejo).

El partido llegó a los instantes finales con la incertidumbre del marcador y con dos equipos que seguían mereciendo algo más que 'el cero' que reflejaba su marcador. De Frutos buscó culminar con un acrobático remate una veloz jugada del cuadro vallecano después de unos minutos de tensión por faltas y amarillas que encendieron el ánimo de un choque que seguía emocionante y que iba a dar un vuelco cuando Iglesias Villanueva señalaba penalti en el minuto 89 por caída de Trejo dentro del área. Penalti claro cometido por Alex Suárez sobre el capitán en la sombra del Rayo. Bebé, que acababa de entrar al campo, se encargó de lanzar y anotar el 0-1 para un Rayo que acabó defendiendo los últimos tres minutos con uno menos por la expulsión por doble a marilla de Oscar Valentín.

No pasó nada más y el Rayo cierra un primer tramo de competición soñando y haciendo soñar a los suyos.