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Copa del Rey

Teruel 2-3 Rayo Vallecano: 17 de diciembre, el día de San Óscar Valentín

El conjunto franjirrojo tuvo el dominio durante amplias fases del partido pero acabó sufriendo ante un equipo local que nunca dejó de creer en sus posibilidades

Escrito por Jueves, 17 Diciembre 2020

    El destino quiso que Óscar Valentín diera el pase en el 119 como sucedió hace justo un año en Tarazona

    Teruel 2-3 Rayo Vallecano: 17 de diciembre, el día de San Óscar Valentín

    Ficha técnica:

    Teruel (2):Monforte, Redolar (A), Borja (Minuto 45, Kevin), Cabetas (R), Belenchón (Minuto 73, Roi), Jaime (Minuto 45, Javi), Ibra, Aparicio, Puertas (Minuto 45, Puertas), Otin y Adri (Minuto 62, Dani Ribelles)

    Rayo Vallecano (3):Morro, Mario Hernández, Martín, Velázquez (Min 45 Catena), Iván Martos (Minuto 90, Iker Recio), Mario Suárez (Minuto 115, Óscar Valentín), Santi Comesaña, Bebé (Minuto 80, Pozo), Joni Montiel (Minuto 80, Isi), Ulloa (Minuto 70, Antoñín) y Qasmi.

    Goles: 0-1. Iván Martos. Minuto 38. 1-1. Otin. Minuto 90+5. 1-2 Antoñín. Minuto 94. 2-2 Kevin. Minuto 104. 2-3 Óscar Valentín. Minuto 119

    Árbitro: Prieto Iglesias.


    TERUEL 2 (Otin y Kevin) - RAYO VALLECANO 3 (Martos, Antoñín y Óscar Valentín)

    El Rayo Vallecano sufrió hasta el último minuto para pasar de la primera ronda de Copa del Rey en un partido de los que hacen afición. Un encuentro muy emocionante en el que los visitantes pusieron el dominio y el control y los locales el empuje y la fe en poder tumbar a un equipo de segunda división. Una fiesta del fútbol modesto que se celebró hasta la prórroga con gol épico incluido cuando el videomarcador de Pinilla se encaminaba hacia el minuto 120.

    Las casualidades del destino hicieron que el Teruel - Rayo Vallecano de Copa del Rey se jugara 365 días después de aquel Tarazona - Rayo Vallecanoque también vivimos en directo en Pasión por el Rayo. El mismo destino que quiso que un año después el mismo protagonista volviera a reivindicarse con un gol en el 119 que vale una eliminatoria. El 17 de diciembre será recordado por la parroquia rayista como el día de San Óscar Valentín.

    Los primeros 15 minutos de partido sirvieron a ambos equipos para mostrar sus cartas. El Teruel planteó un inicio de encuentro con una presión muy alta y una línea muy adelantada que hacía caer al Rayo Vallecano una y otra vez en fuera de juego (hasta en una decena de ocasiones lo hizo durante los 90 minutos).

    Los franjirrojos tenían claro que el partido no iba a ser sencillo y que la calidad en las jugadas debía sustituir a la habitual verticalidad que Iraola pide al equipo desde el banquillo. Amasando las jugadas y moviendo al conjunto turolense de banda a banda comenzaron a llegar las ocasiones y el dominio rayista.

    Velázquez de cabeza avisaba a los locales de que el Rayo Vallecano había viajado a Teruel tomándose muy en serio la Copa (de hecho acabó el partido con Isi, Pozo, Antoñín, Santi Comesaña y Qasmi, entre otros, en el terreno de juego). Fue el pistoletazo de salida para un rosario de ocasiones marradas en las botas de Qasmi, Mario Hernández, Ulloa, Bebé o Mario Suárez que se estrelló contra el larguero.

    La estrategia ponía los nervios en la defensa rayista pero Iván Martos iba a poner la tranquilidad. Una excelente combinación con Joni Montiel le permitió definir en el mano a mano ante Monforte y poner por delante al Rayo en el marcador. Merecido premio a un Rayo que se iba al descanso con una ventaja que le hizo confiarse en la segunda mitad.

    Porque todo el peligro que generó en la primera parte se esfumó en los segundos 45 minutos. Solo un voluntarioso Bebé parecía ponerle ganas en las filas franjirrojas demasiado relajadas viéndose con el 0-1 en el luminoso. Pero Otín le iba a borrar la sonrisa a Andoni Iraola con un gol de cabeza cuando el choque agonizaba en su minuto 95 tras un centro medido de Julen.

    El Rayo Vallecano se iba a marchar de Teruel con 120 minutos más en las piernas de sus futbolistas por haber sesteado durante amplias fases del segundo tiempo. El toque de atención volvió a enchufar a los de Vallecas conscientes del peligro turolense una vez que se veían tan cerca del sueño. Antoñín demostraba su letalidad cada vez que sale desde el banquillo anotando el 1-2 en una preciosa jugada que parecía la sentencia de la eliminatoria. Nada más lejos de la realidad.

    Jugando al fútbol y utilizando sus 'armas', el conjunto turolense volvió a ponerse el mono de faena y se encomendó al gran trabajo de pizarra que habían preparado durante la semana. Y les funcionó. La defensa rayista, en la que debutó por primera vez con la franja el canterano Iker Recio, hizo aguas en una jugada de estrategia. El centro de Julen y el remate de Kevin volvían a poner las tablas.

    El libro de Iraola no terminaba de escribir un buen capítulo final para el choque copero hasta que decidió encomendarse al jugador que hace justo un año salvó la eliminatoria en Tarazona y que iba a hacer lo propio de nuevo en tierras aragonesas. Con el Rayo volcado arriba y el Teruel achicando balones atrás tras la expulsión de Cabetas por una dura entrada al pie de apoyo de Qasmi, se iba a producir el milagro. Control con pierna izquierda tras asistencia de cabeza de Qasmi y zapatazo a la red sin dejarla caer del 23 del Rayo cuyo dorsal parecía una premonición (2-3). Si en las permanencias, le rezamos a San Tamudo, la Copa del Rey y los 17 de diciembre son ahora para San Óscar Valentín. ¡Te adoramos, óyenos!.

     

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