Cuando Óscar Trejo habla, la piel de Vallecas siempre se eriza. La relación entre ambos siempre ha sido extraordinaria. Una pasión mutua donde cada paso siempre es de la mano, hacia delante y resistiendo a los elementos. De todo ello ha hablado en una completa entrevista en Relevo donde ha dejado grandes titulares.
Sobre lo que la afición les pide, el 'Chocota' asegura que el rayismo les pide "que sigamos dando todo todos porque ellos han estado en los peores momentos. Ellos han estado en segunda b, en segunda... A ellos la categoría les da igual y es verdad. Descendemos y están, vas a jugar la Copa no se dónde y están, vas a jugar en pretemporada a Inglaterra y están pagándoselo de su propio bolsillo y están. Su único objetivo es que el escudo del Rayo se vea y llevarlo a lo más alto posible. (...) Ellos van de frente, no te mienten, son sinceros... Se ve la sinceridad a flor de piel. Cuando no te mienten en el mundo del fútbol vas a muerte con ellos".
Un ejemplo de ello se vivió tras su expulsión contra el Granada: "Me quería morir y desaparecer. Estaba Cobeño en el túnel y pude hablar con él. Sentí mucha impotencia porque era un partido que habíamos preparado mucho y teníamos posibilidades de ganar. Levanto la pierna pero no veo al jugador... Ahí te demuestra al grupo que hay: cómo mordieron, cómo se sacrificaron y ganaron. Y después lo de la gente me rompe. Que te pidan salir después de dejar al equipo con 10, es lo que hace este club de otro nivel porque estas cosas no pasan ni en Argentina. Por ellos se hace el esfuerzo porque al darlo todo pero aquí al final lo que se paga es ser buena gente, trabajar y darlo todo. Yo jugue 3 minutos pero recibir lo que recibí fue como ganar 3 partidos. El equipo me pidió que saliera pero Cobeño, Íñigo y la gente me pidieron que saliera y para mí fue una sorpresa".
©️ @oscar8trejo, el primer capitán del centenario del Rayo, ya tiene su brazalete.https://t.co/YZoPxBYjC8
— Pasión por el Rayo + PxR Radio (@pasionporelrayo) May 26, 2024
Por ayudar y por devolver ese cariño mutuo, Trejo dejó la capitanía como protesta por la gestión del club. El de Santiago del Estero tiene claro que todo podría ir mucho mejor: "La gente quiere al club, quiere trabajar y dar el 100% y si pasa un tiempo y no le das ese mimo a la gente llega un momento en el que llega la tristeza porque sienten que no valeran su trabajo. Siempre he sido transparente y cuando ha habido un problema he ido de cara y de frente y ese ha sido un trabajo de desgaste. Yo veo cosas simples que no se hacen y me duele que no se resuelva y se haga cada vez más grande (...). No veía la solución y no podía seguir. Si representamos un club hay que acompañarlo con hechos y si no están por la labor, creo que yo debía de ocuparme de jugar y de mi familia. Desde donde estoy ahora sigo escuchándoles e intentando ayudar pero sin ese desgaste. A mí me hacía mal no poder ayudar. Sabemos donde estamos pero tenemos la ilusión de vivir sin problemas. En los 7 años que yo no estuve, el club estaba igual. El club tiene que dar esos pasos chiquititos para ir creciendo y demostrar que quiere crecer. El Rayo Vallecano podría ser mucho más grande y la gente es consciente. Son muchas cosas las que pasan y hemos dado la opinión siendo capitanes y por ser como soy. Le digo al presidente que si tuviera que volver a hacerlo lo volvería a hacer, que se tiene que apoyar en la gente que quiere al club. Y todos sabemos quién quiere al club. En esas personas hay que apoyarse y potenciarlo. No hay porqué hacer 4 cosas pero sí 2, que la gente vea que quieres potenciar el equipo. Estamos de paso y lo que tenemos que hacer es dejar al club un poquito mejor. Es lo que pienso y lo que me repito a mí mismo durante todo este tiempo en el Rayo."
Y probablemente, uno de los temás más dolorosos tanto para Óscar Trejo como para el rayismo sea su retirada: "Me marca mucho el año, cómo juegue y cómo me sienta físicamente. Lo que quiero es estar bien y sumar. No me gustaría mentirme a mí mismo y decir que puedo jugar y no hacerlo. Es faltar el respeto a mí y al club (...). Para mí sería cerrar mi carrera a los 38, 20 años después de llegar aquí. Me gustaría que fuera en el Rayo Vallecano y no me lo imagino. Siempre que lo hago me emociono por lo que sería ese día con la familia, que me gustaría que estuviera mi mamá y mis hermanas. Sé que va a llegar y eso me hace que cada día que voy al club lo disfruto mucho más. Soy consciente de que el momento puede llegar la temporada que viene. No me permito estar triste por no jugar o no viajar. Eso le da más valor a lo que pueda a hacer en el último sprint".
¿Su futuro? "Me gustaría seguir trabajando en el club. Se lo he dicho al presidente y a Cobeño. Uno se va preparando y formando para cuando llegue el momento. Conozco el club, conozco bien Argentina y podría hacer algo productivo. De entrenador no me veo. Es un trabajo tan inestable, requiere mucho tiempo y eres un ordenador de 25 cabezas que 11 van a estar contentos y 14 no. Es muy complicado y complejo. Te vas dando cuenta que el jugador de fútbol es muy difícil de llevar".